
Yanet Helena Henao Lopera. Yarumal, Antioquia. Tecnóloga en Sistematización de Datos, Politécnico “Jaime Isaza Cadavid”. Asistente al Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto. Publicaciones: cuento, en antología “Líneas cruzadas”, Hilo de plata editores, 2018; cuento en Gotas de tinta número 32, septiembre 2019; poemas, en Gotas de tinta número 33, diciembre 2019; Haiku, en Carta- viajera Haiku –2019 – 2020, Iberoamerica. (Manuscrito viajero: España- América); Musings During A Time of Pandemic.A World Antologhy of Poems in COVID–19. Compiled & Edited: Christopher Okemwa. kistrech Theatre International. Kenia, 2020; I can’t Breathe. A World Antologhy of Poems. Compiled & Edited: Christopher Okemwa. kistrech Theatre International. Kenia, 2020; textos y poemas: Blog. Beatriz Chiabrera de Marchisone. Argentina. 2020.
Miel
El poema
que se llevan las abejas,
cuando emigran
con el viento
en las tardes de verano.
Ese tango
Deja que resbalen,
por mi cuerpo,
tus silencios;
que lo recorran
todo…
hasta hallar
en su cadencia
las notas
de ese tango.
Entállame
el vestido
que, en mi piel,
ya dibujaron
tus pupilas
y permite
que tu cuello,
se amolde
a la prisa
de mi aliento.
No apartes
las manos
de mi talle,
y bailemos…
Tú conmigo;
yo contigo;
solos,
en la penumbra
nebulosa
de un amago
de pecado…
Aunque
el bandoneón
ignore
nuestros pasos
y no sepa
jamás
de nuestros nombres,
bailemos…
¡Bailemos ese tango!
BITÁCORA DE LOS AMANTES
Si aún no logras
descifrar la ruta;
o tu impulso se detiene
por miedo al naufragio…
¡Cierra los ojos!
y abandónate a la brisa
de mi cuerpo;
que tu deseo
y mi aliento
concierten un sonido…
¡solo nuestro!
Y, cuando llegues a mi playa,
sentiremos la suavidad
de la arena
entre los poros;
el sabor primitivo
de la sal
en las papilas…
¡y el gemido
del gran río,
cuando irrumpe en el océano!
BESO
Volátil
hechizo
que estalla
entre dos bocas;
lúbrica fusión
de húmedos lenguajes,
con palabras que aletean
en la piel
y en el estómago.
Torbellino de fuego
que confunde,
en sus ardores,
el principio y el final
de los amantes…
Esa fusión
incorpórea
de las almas
que respiran,
y reviven,
y vuelven
a morir
de a poco…
Sin saberlo
¿Y si hubiera sido un mango?
¿y si no fue
por la manzana?
¿Y si la señora del Edén
hubiese tentado
a su marido
con un mango?
—En el Génesis,
los mangos
no se nombran,
tampoco las manzanas—.
El Paraíso
jamás fue
bendecido
por el trópico…
Dios no era afín
con las profanas calenturas
(salsa, reggaetón, samba…)
que pudieran distraer
al Adán
de sus empeños.
El mango,
por ser
muy poco erótico
—y nada voluptuoso—,
habría evitado
el pecado original…
¡Condenándonos
—de paso—
a perpetuo aburrimiento!
Cuestión de lógica:
cualquier diente
se acomoda
a una manzana,
¿pero al mango?…
Doña Eva
—sin cuchillo—,
evitando
a toda costa
embadurnar
sus manos nuevas
(con el meloso zumo
del tal mango),
habría dicho:
“mejor paso”.
¡Y, ni hablar
de la serpiente!
Ese primer beso
Han de contarte,
que mis fronteras,
y todo lo en ellas contenido,
fue trazado
a la medida de tu pasión
y de mi espera…
Y, aunque somos
fragmentos de universo,
una tarde cualquiera…
—!cualquier tarde!—,
con aquel beso primero,
se fundieron nuestros mares.
NATURA VIVA
Mira las flores de Brugmansia:
adentro de sus cálices
vibra un perfume
de campanas;
y el llamado
de la miel
en las tardes de verano…
Es el poema
que se llevan las abejas,
cuando emigran
con el viento.
SEQUÍA
Estoy ¡aquí!…
sin café
en la taza
y de inspiración vacía…
¿Qué más puedo decirte?
Si, ante el desafío
de una mirada nueva,
me quedaran, quizá,
las frases
que no he escrito…
¿Por qué, aún,
no me has mirado,
con los ojos
que imagino?
Es de noche.
En tu puerta,
un aviso de “Cerrado”;
y en mi cuerpo,
todavía…
¡hay un desierto!