34 – Pedro Arturo Estrada

Pedro Arturo Estrada – Colombia -1956. Ha publicado Poemas en blanco y negro (Editorial Universidad de Antioquia,1994); Fatum (Colección Autores Antioqueños 2000); Oscura edad y otros poemas (Universidad Nacional de Colombia, 2006); Suma del tiempo (Universidad Externado de Colombia, 2009); Des/historias (2012); Poemas de Otra/parte (2012); Locus Solus (Sílaba editores, 2013); Blanco y Negro, nueva selección de textos (NY, 2014) y Monodia (NY, 2015). Es premio nacional Ciro Mendía en 2004, Sueños de Luciano Pulgar en 2007, Beca de creación Alcaldía de Medellín, 2012 y Casa Silva, 2013, entre otros. También ha participado en distintos festivales y encuentros de poesía en Colombia y E.U. Sus textos se recogen en algunas antologías nacionales y del exterior, con traducciones al inglés, rumano, portugués y francés, entre otros.

Poemas de su libro próximo: CANCIÓN TARDÍA

El amor que pide tu ceniza

Terminas de rodillas ante el amor
paralizado frente a él como un pequeño animal
al fondo del bosque incendiado

El amor que sabe de ti
sólo cuando ya no importa

El amor al que ofrendas tus huesos
como a un cielo vacío

El amor que pide tu ceniza
—a cambio de su luz.

Arden las pérdidas

Homenaje a Antonio Gamoneda

Qué excava la mirada en el vacío.
y enciende al otro lado un mundo

qué brillo restaura
a qué lejanía echa redes el deseo

Tras los párpados cerrados arden las pérdidas

giran rostros mientras los pasos van y vienen
sobre un borde

—de espanto.

El hermoso delirio

Dónde entonces la fiesta que no olvida
la noche del cuerpo

La promesa de la luz, el amor
que no supo durar hasta el alba

Dónde el abrazo cumplido
la boca al fin entregada

El hermoso delirio
la música abriéndonos
a un dulce morir

Dónde las manos
el trazo profundo de los dedos
queriendo asir el vuelo
—de la dicha.

Aún

Entonces el amor
puso allí tanta luz
tanto fuego

que aún de sus cenizas
se alimentan mis días.

Espejismo

No es el amor
lo que duele
Duele la vida que se perdió
abrazando su espejismo

El quiebre súbito
las astillas incrustadas
entre los ojos

que no se cerraron
a tiempo.

Insomnia

Por qué todavía
el eco vivo

El rasguño de un pequeño animal
en la noche aferrándose

al centro
de tu nada.

La frágil cortesía

Perdimos el tono
de la conversación
y la conversación misma

Pero ganamos
la frágil cortesía del silencio
para morir despacio

—amada.

Luz baldía

Enferma
se arrastra la luz de este día

en que tampoco
estarás.

El amor

Sólo cuando nos arroja
de cabeza al centro
del deseo

No la paciente hipocresía

El miedo a estar solos
No el resignado cruce
de tedio y baba

El amor
sólo vértigo
instante

—y olvido.

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