34 – Gabriel Salazar

 ¿Es posible predecir los terremotos?

Octubre 24 de 2019.

La tierra es como un corazón, palpita diariamente, se contrae y se expande 40 m por día, con sus movimientos de sístole y diástole”.

Con frecuencia he oído decir que “los terremotos no se pueden predecir”, que no están relacionados con las erupciones volcánicas ni con el clima, el tiempo, un lugar determinado, la rotación de la tierra, el movimiento de la luna, el sol ni con el sistema planetario y que por lo tanto los sismos son impredecibles; al contrario, y en lo que sí están de acuerdo todos los geólogos es que el movimiento de las placas tectónicas son las causantes de los sismos. Lo más grave no es la negación de las conexiones entre sí, sino lo que afirman “las autoridades en la materia”. Un día vi en la televisión alemana una entrevista a un geólogo del Servicio Geológico Alemán, en donde afirmaba que “los temblores no están relacionados con las erupciones volcánicas”, y lo mismo se lo he escuchado a geólogos del Servicio Geológico Americano, otros Servicios Geológicos del Mundo, y como es lógico, al Servicio Geológico Colombiano. El estado del arte de la geología a nivel mundial permite este tipo de afirmaciones. ¡Gran error! Todas estas conexiones existen y los terremotos sí se podrán predecir en el futuro; pero, para ello, hay que cambiar el paradigma de las observaciones del comportamiento de los sismos; se requiere de la construcción de un modelo generalizado que explique claramente el fenómeno.

Testigos presenciales de sismos piensan otra cosa, los relacionan con los cambios climáticos. Las catástrofes históricas han sido resumidas en dichos populares como: “Ya viene abril, tiempo de temblores y aguas mil”. Los terremotos sí están asociados a las erupciones volcánicas (lo acabamos de observar en el temblor de Méjico; erupciones sucesivas después del sismo en Méjico, tremores en Colombia en el Nevado del Ruiz once días después del sismo, y una gran erupción en el Sudeste Asiático doce días después). El fenómeno no es puntual, es a nivel terráqueo, es a escala satelital, como parte integrante del sistema solar y no local, como hasta ahora se ha creído. Las coincidencias de los fenómenos climáticos con los sismos son muy frecuentes, como en el caso del terremoto de Méjico (19/09/2017); los huracanes María e Irma, que desplazaron grandes masas de agua de los océanos y desestabilizaron los equilibrios metaestables —se sabe que las represas producen pequeños sismos—. Los sismos están relacionados con los movimientos de las placas tectónicas, la rotación de la tierra, el movimiento de sus líquidos internos (magma) y líquidos externos (océanos), la deformación diaria de la corteza terrestre —la marea terrestre diaria es de 40 m—; estos fenómenos no son aislados, no son al azar, sino que hacen parte de un sistema holístico.  Los sismos son cíclicos y tienen sus períodos: T1, T2, …Tn, —el sismo de Méjico del 19 de septiembre de 2017 dio la clave: a los 32 años, en el mismo sitio y en el mismo mes, se produjo un sismo de magnitud similar y marcó un período T—. Los físicos teóricos ya tienen su primera tarea: encontrar el modelo y la ecuación que integre el período “T”, la magnitud (M>6) y el punto (P) de ocurrencia; ya sabemos, de lejos, que los sismos son cíclicos; pero no sabemos el período ni la frecuencia exacta; ya tenemos el primer T de referencia, T: 32 años, magnitud (M>7.1) y un lugar —un punto Pc en la Placa de Cocos en Méjico, etc—.

Los sismos son ondas que se desplazan a través de la tierra y en los líquidos terrestres; éstos a su vez transfieren movimientos a las placas (“balsas”) movimientos ondulatorios, que se desplazan probablemente de oeste a este, en la dirección del movimiento de traslación de la tierra alrededor del sol y de la rotación sobre su mismo eje; las placas tienen el mismo sentido del movimiento al de traslación de la tierra alrededor del sol. El agua oceánica también contribuye a desplazar las placas.

La luna y el sol, cada día deforman la tierra en 40 metros diarios, amén de las mareas diarias de los océanos. La luna, con seguridad, también afecta diariamente los líquidos internos de la tierra y no lo alcanzamos a percibir; pero, cuando sucede, por efecto de un eclipse total, como el que sucedió 29 días antes del sismo cuando se alinearon las fuerzas de la tierra, la luna y el sol, produjeron una atracción en una misma dirección: antes del temblor, el eclipse total en el hemisferio norte, habría afectado los fluidos internos y externos de la tierra. El líquido interno de la tierra es viscoso, propiedad que induce efectos retardados que puede manifestarse tardíamente en otras regiones al este del sismo; así lo pudimos comprobar en las series de temblores en Colombia: tembló once días después del eclipse. Si el temblor percibido en Colombia fue una consecuencia del sismo en Méjico, las perturbaciones de los fluidos internos de la tierra, habrían llegado a Colombia a una velocidad de 8 km/hora, pues la onda recorrió una longitud de 20° en sentido E, equivalente a 2200 km en once días. Los fluidos externos —océanos en equilibrio inestable—, produjeron efectos de resonancia inmediata, qué sumados a las fuerzas ya existentes, aumentaron la magnitud del sismo. El día 26/11/2017 comenzó una erupción del Volcán Agung de Balí luego de 67 días del temblor en Méjico. Si esta erupción estuvo relacionada con el sismo de Méjico, esto indicaría que durante este lapso las ondas estuvieron actuando continuamente y se habrían demorado 67 días para llegar a la isla Balí, a una distancia aproximada de 20000 kilómetros hasta Indonesia, lo que podría indicar que la velocidad de desplazamiento de las ondas podría haber sido de 12 km por hora.

La rotación de la tierra, alrededor del sol, es desigual y cambia en cada punto de su trayectoria, debido a la atracción del sol sobre la tierra; difiere en cada punto de su órbita, ya que es de forma elíptica; el sol está en uno de los focos de la elipse. Esto implicaría que cuando la tierra se acerca al sol, la atracción sobre la tierra aumenta, lo que introduciría una inercia modificadora, en un instante determinado, cambiando las fuerzas de atracción, debido a su cambio de aceleración que afectaría el movimiento de la tierra y sus líquidos, lo mismo que a las placas, las cuales “cabalgan” sobre los líquidos.

Durante un año, la órbita de la tierra alrededor del sol tiene cuatro puntos de quiebre que cambian drásticamente las condiciones de equilibrio: dos en el perihelio y dos en el afelio; en el perihelio están el equinoccio de otoño —23 de septiembre— y solsticio de invierno—21 de diciembre; en el afelio están el equinoccio de verano—21 de marzo— y el Solsticio de verano—21 de junio—. En el perihelio, la tierra ejerce una atracción más fuerte y menor en el afelio. Las diferentes posiciones de la órbita de la tierra alrededor del sol, implican cambios climáticos que coinciden con cambios de inercia en los líquidos de la tierra; éstos se volverán críticos si coinciden con otros factores que aportan más perturbaciones al entrar en resonancia y producirán movimientos críticos que se convertirán en eventos catastróficos. La tierra, al abandonar el perihelio, se aleja con una aceleración centrífuga, la cual se va transformando en centrípeta y cuando se aproxima al afelio, nuevamente comienza a cambiar la aceleración para regresar otra vez al perihelio; los cambios de aceleración producirán fuerzas adicionales y causarían resonancias en los líquidos terráqueos; estos hechos podrían explicar la correlación entre los cambios climáticos y los movimientos telúricos con respecto a las posiciones de la tierra alrededor del sol.

Un sismo por lo regular no dura más de un minuto, lo que indicaría que es un instante crítico, es decir un barrido de aproximadamente 2 km en la circunferencia de la tierra, en la cual hay una perturbación instantánea, algo así como un “haz de fuerzas de atracción” sobre una determinada área barrida; debido a los cambios de aceleración en el área, afectaría un punto Pc en una de las placas, la que pasa en ese momento frente al “haz” en mención; es una fuerza muy poderosa, que se adiciona a las de origen lunar, solar, satelital y otras más, que barrerán la superficie de la tierra en una zona determinada. La concentración del “haz de fuerza de atracción” sobre una placa es similar a una ruleta rusa que equivaldría como a un disparo al blanco: el haz impacta un área determinada en un instante, y entonces sucede un ¡sismo de M>6! Si la placa en mención es muy activa, la resonancia aumentará la perturbación de los líquidos. Normalmente en la tierra hay temblores a cada instante “al son del bamboleo de la tierra en su órbita alrededor del sol”; nosotros no percibimos los microsismos, sólo si su magnitud es relativamente alta (M>6); son los más preocupantes y sobre todo por sus consecuencias: la cantidad de destrucción y el número de muertos, que son los que producen las noticias; por tanto, debemos centrarnos en su predicción. Según lo expuesto, la tierra tiene diferentes períodos de sismicidad: T1, T2, T3… Tn, de diferentes intensidades con diferentes afectaciones; si a estas fuerzas se le agregan otras de orden satelital, como el alineamiento de los planetas cada 200 años, las perturbaciones llegarían a ser más fuertes.

No hay que olvidar que la tierra funciona como un gran imán (el núcleo está constituida por hierro y níquel, qué al girar, produce ondas electromagnéticas). Normalmente los líquidos de la tierra, en estado normal, producen ondas continuas; pero si se perturban, producirán cambios en la magnitud y dirección de las ondas magnéticas que se podrían medir y correlacionarse con los sismos; al fin pertenecen al mismo móvil: la tierra —parece que los animales detectan la inminencia de un sismo, por medio de un sentido que aún no conocemos, y salen huyendo—. A través de los tiempos, siempre se ha comentado que existen fenómenos asociados a instantes precedentes a un sismo, tales como: cambios de luces (posiblemente por cambios magnéticos), cambio en el comportamiento de los animales y otros. Esto indicaría que existen eventos que anteceden a un sismo, detectados por los animales, excepto por el hombre.

El lector ya se habrá dado cuenta del modelo holístico que estoy proponiendo para modelar los fenómenos asociados a los sismos, así como también las diferentes variables que intervendrían en él; entonces sugiero el siguiente protocolo para la construcción del modelo:

1-Modelo Holístico del Sistema Solar, incluyendo todas lasvariables conocidas —Las leyes de Keppler juegan un papel muy importante en el período T de sismicidad—. Propongo que a partir de las ecuaciones de Keppler se vayan haciendo los ajustes según las variables propuestas (T2/a3[M+mv+mt+mj+…mn]=4π2/G).

2-Dinamizar el modelo en diferentes posiciones, teniendo en cuenta estadísticas históricas de cambios fenomenológicos, terráqueos, satelitales, espaciales, astronómicos, etc.; proponer ecuaciones y relaciones entre las variables que expresan los fenómenos en forma holística.

3-Determinar nuevas variables que intervienen en los fenómenos.

4-Categorizar las variables.

5-Ponderar los coeficientes de las variables.

6-Ensamblar los datos para hacer un primer cálculo de las diferentes magnitudes de las fuerzas que pueden intervenir en el fenómeno.

7-Modelar, a la luz de la mecánica de los fluidos, los tipos de ondas que se producen y cómo afectan los fluidos de la tierra.

8-Expresar una ecuación, comenzando por las variables que pueden influir en el período de sismicidad: T6 = f (M, H, G, Pc, P, Ot, E, Fg, L1, L2, Fl, Oem, D, Ev, Vh, EC, Sr, …N).

T6:    Período de un sismo de magnitud M >6.

f:        Relación expresada en un coeficiente.

M:     Magnitud del sismo.

H:      Hora del sismo (puede ser expresado en función de latitud y longitud).

G:      Geoposicionamiento del sismo.

Pc:     Tipo de placa tectónica —tamaño, actividad, velocidad, etc.—.

P:       Profundidad del sismo.

Ot:     Tipo de onda que se desplaza en la tierra —desplazamiento en el suelo, velocidad, característica, etc.—.

E:      Posición de la tierra en la órbita solar.

Fg:    Fallas geológicas asociadas al sitio del sismo —tamaño y dirección, grado de actividad, etc—.

L1:    Factores y comportamientos de las turbulencias en los líquidos internos de la tierra.

L2:    Factores y comportamientos de los líquidos externos de la tierra.

Fl:     Fases de la luna.

Oem: Ondas electromagnéticas de la tierra —cambios de gradiente de las ondas electromagnéticas—.

D:      Derivación de marea terrestre.

Ev:    Explosiones volcánicas en la tierra cercanas al sismo.

Vh:    Velocidad de desplazamiento de la honda sísmica en diferentes medios.

EC:   Eclipses relacionados al sismo —tipo de eclipse, hora, fecha.

Sr:     Otros sismos relacionados al mismo tiempo.

N:      Otras variables.

MODELO

El modelo es una comparación mecánica, un evento con relación a otro, simplificando su semejanza para establecer una relación; sirve para jugar con diferentes situaciones y representar un fenómeno de apariencia incomprensible en uno más sencillo.

Un modelo probable podría ser el caso de un niño parado en el foco de la elipse, donde se encuentra el sol, jugando con un lazo; en el extremo de la cuerda tiene un recipiente de forma esférica, fijo a una cuerda, el cual es voleado por el niño, como una onda, con movimiento elíptico, como el de la tierra alrededor del sol. El recipiente es casi hermético (con algunos orificios pequeños como los cráteres de la tierra), algo así como una calabaza en cuyo interior está lleno con agua; el niño al girar la calabaza, hace un esfuerzo para lanzarla lejos y luego otro de tracción, para regresarla al mismo sitio, y así sucesivamente. A la calabaza se le agregaría un mecanismo de rotación, sobre su eje, similar como el de la tierra. El modelo serviría para empezar a jugar con las diferentes variables y sus resultados serían tabulados para empezar a proponer ecuaciones con diferentes variables. Las variables se presentarían como un arreglo matricial; la solución para cada variable sería entonces el producto de la relación de cada una con la totalidad de todas ellas.

Para empezar con las variables, propongo que el período T6, sea el correspondiente a la magnitud M>6 —día probable del sismo de magnitud M>6, en algún lugar de la tierra—. El sitio exacto del sismo se podría determinar en un futuro, cuando el modelo se haya perfeccionado. El modelo a escala puede variar al cambiarse la viscosidad de los líquidos y el espesor del recipiente que contiene el líquido; también se podría agregar un mecanismo con un líquido superficial sobre la esfera, etc.

OBSERVACIONES

— El 28 de julio, hubo un eclipse (Luna de Sangre), que se observó en Asia Central y en África, fue el eclipse más largo del siglo; también se alinearon la Tierra, Marte y el sol, junto con la luna, lo que aumentó una atracción  de la gravedad sobre ciertos puntos de la tierra; ese mismo día se produjo un terremoto de magnitud 6.4 en Indonesia, Lombok y después siguió una cadena de sismos, por ejemplo  ¡el día 7 de agosto de 2018 tembló en toda la tierra!: en Nueva Zelandia (Magnitud: 4.8; profundidad: 28); en Indonesia, Lokokrogran (Magnitud: 4; profundidad: 14 km); en Rusia, Kurils´sk (Magnitud: 4.2; profundidad: 40 km); en Kirguistán, (Magnitud: 4.7; profundidad: 60 km); en Irán,  Faryab (Magnitud: 3.6; profundidad: 8 km); en Grecia, Eresos (Magnitud: 2.8; profundidad: 1 km); en Italia, Castellos (Magnitud: 2.4; profundidad: 1 km); en Francia, Cunhat (Magnitud: 2.5; profundidad: 5 km); en el Polo Norte, Longearbyen (Magnitud: 5.4; profundidad: 2 km) ); en Chile, Copiapó (Magnitud: 4.2; profundidad: 123 km); en Argentina, Rinconada (Magnitud: 3.5; profundidad: 276 km) ); en Colombia, Mesa de los Santos (Magnitud: 5.6; profundidad: 148 km); en Costa Rica, San Vito (Magnitud: 3.1; profundidad: 29 km) ); en Méjico, Pijijiapán: 3.8; profundidad: 101 km); en USA, Sneyder: 2.6; profundidad: 2 km); en USA, en Alaska, Kodiak: 3.3; profundidad: 35 km). Estas series de temblores encadenados no son gratuitos: son a ¡escala satelital!

— El día siete de agosto de 2018 a las 10:55, cuando estaba sentado en la sala de mi apartamento (piso 15), parecía como si alguien me estuviera moviendo levemente el sillón; sentí pequeños empujoncitos, de abajo hacia arriba, como cabalgando; de inmediato miré la lámpara colgante, sobre el comedor al frente mío, para comprobar que sí temblaba y efectivamente:  la lámpara se estaba meciendo levemente; de inmediato pensé: «puede ser un temblor de magnitud 3-4». Me levanté rápidamente y miré la hora en el computador (10:55) y consulté sobre el sismo y el temblor había sucedido en La Mesa de Los Santos, en Santander, con una magnitud de 5.8, a una profundidad de 50 km, a las 10:53 y yo lo percibí a las 10:55: lo que implicaría que la onda se habría desplazado, desde Los Santos hasta Medellín en dos minutos, indicando una velocidad de la onda sísmica, a través de la tierra, de aproximadamente 7 km por segundo. El sismo sucedió a más de 800 km de Medellín y yo lo sentí dos minutos después en Medellín.

9- De la observación anterior se puede deducir que la velocidad de desplazamiento de una onda sísmica por terreno continental (Vost) sería de aproximadamente: Vost: 7 km/segundo.

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