28 – Jesús María Dapena

Comentarios a la introducción del libro “Reflexiones psicoanalíticas”
de Cecilia Muñoz Vila

 

Vilagarcía de Arousa, 14 de abril del 2018

Querida Cecilia:

Estoy en mora de escribirte mis comentarios sobre tu obra Reflexiones Psicoanalíticas, que ha tiempo muy generosamente me mandaste de regalo y que tardé un poquito más que un año, en estudiar a profundidad, entre octubre del 2013 y noviembre del 2014.

https://www.linio.com.co/p/reflexiones-psicoanali-ticas-cecilia-mun-oz-vila-lhvrc2

Me pareció hermosa la edición de la Universidad Javeriana.

Y lo primero que pienso al releer tu introducción, es sobre qué diversos y singulares son los caminos, que nos han hecho llegar a lo que somos en esta magnífica ciencia del inconsciente, como la llamara Louis Althusser [1], así su estatuto científico se ponga en duda.

Y más apasionante nos resulta la relación con los pacientes del diván, los de la sala de juegos o aquellos con los que trabajamos frente a frente.

Mi relación con el psicoanálisis empezó en 1960, cuando fui por primera vez evaluado por el doctor Héctor Abad Arbeláez y me indicó a otro psiquiatra para que me hiciera un Wechsler, un TAT y un Rorscharch, los proyectivos me resultaron fascinantes, ¿cómo podían saber de uno con contar historias sobre unas fotos, que parecían fotogramas del cine de los años 40 o unas manchas de tinta simétricas y policromadas, para que uno descubriera lo que viera? Ya fue una primera pregunta bastante inquietante y estimulante a la pasión de saber, que me ponía en el –K de Bion, para ir en busca de una K; eso me resultaba todo un misterio iniciador.

Luego, como no había psiquiatras, que trabajaran con niños, que tuvieran la técnica del juego, hube de esperar cuatro años para descubrir, a la manera de Anna O (Bertha Pappenheim) las maravillas de la talking cure, que espantaba los miedos y uno se iba tornando más tranquilo.

El doctor había hecho su residencia en psiquiatría en Philadelphia y se había psicoanalizado allí, aunque no se consideraba a sí mismo como un psicoanalista y, ahora, retrospectivamente imagino y sospecho, que haya sido analizante de Margaret Mahler, la gran maestra de la simbiosis y la individuación o alguno de sus discípulos, porque el leit-motiv de mis años de psicoterapia analíticamente orientada con él fue el tema de la simbiosis o el vínculo fusional con la madre.

Fue muy atemorizante para mí un día, en el que, como coleccionista de la revista de Editorial Novaro, Vidas ilustres me descubrí un número dedicado a Freud, el mago de los sueños, cuando yo tenía unos quince años.

https://www.todocoleccion.net/tebeos-novaro/vidas-ilustres-n-88-freud-novaro~x44966053

Me la leí con sumo interés, aunque la verdad es que no entendí casi nada, porque allí se mostraba el caso de Anna O., las discusiones con Meynart y otros aspectos de los orígenes del psicoanálisis y yo sentí que, como Prometeo, había encontrado el fuego de los dioses y que si se lo decía sería condenado a quedar fijado a la roca para sufrir un eterno padecimiento.

Sin embargo, como siempre procuré ser honesto, porque consideraba, por mi propia cuenta, que era una condición sine qua non, para lograr la curación, me animé a decírselo y el hombre me respondió, que el psicoanálisis no era objeto exclusivo para su estudio y que mientras más gente lo conociera era mejor, ya me sentí autorizado para seguir indagando en una pesquisa, que aún cesa, como si fuera ese comienzo, que no termina, del que nos habla Octave Mannoni. [2]

Ya, unos diez años después, me preguntó que, si yo había visto la películaHeroína de Raúl de la Torre, con Gracielita Borges, un joven Eduardo Pavlovski y Emilio Rodrigué, sobre una novela homónima del mismo y le respondí, que por supuesto, ante lo cual el indagó si yo recordaba, qué había dicho el analista de Penélope le dijo a Emilio Rodrigué, a lo que no tarde en contestar:

  • Que la vida también es así. – y añadí, que la vida ocurre más allá del diván. – aunque ahora que volví a ver a Heroína de Raúl de la Torre, con Gracielita Borges, Tato Pavlovski y el mismísimo Rodrigué, reconozco que lo que le dije era toda una reinterpretación del mensaje del guion.

https://www.todocoleccion.net/cine-peliculas-vhs/vhs-heroina-raul-torre~x38844525

VHS HEROINA – RAUL DE LA TORRE

www.todocoleccion.net

VHS HEROINA – RAUL DE LA TORRE

Lo que me sugirió que lo pensara y tomara una decisión y ahí se deshizo el vínculo terapéutico actual, porque la experiencia con el doctor Ortega Arbeláez, aún funciona dentro de mí, puesto que le agradezco que me haya permitido un lanzarme a la vida, nacido como individuo o sujeto autónomo.

https://www.youtube.com/watch?v=AH21y0bmGZ4

Superada la situación, sin tantos miedos, ya todo un médico, me fui a encontrar las ocurrencias de la vida más allá del consultorio del doctor; pero, las vicisitudes mismas de ésta me llevaron al diván de la psicoanalista argentina Claudia Umansky, con quien encontré los motivos de ansiedad más tempranos y fue cuando más cambios ocurrieron, a la par que me iba formando como psicoanalista.Como si algo nuevo, me hubiese ocurrido.

Pero esos vínculos simbióticos me apegaban al terruño, a la novia, a la madre y a la empresa paterna y nunca me arriesgué a partir, a pesar de que mi padre soñaba con mandarme a estudiar a Europa y yo racionalizaba con las palabras de Antonio Machado:

Somos los hijos de una tierra pobre e ignorante, de una tierra donde todo está por hacer … Sabemos que la Patria es algo, que se hace constantemente y se conserva sólo por la cultura y el trabajo… Sabemos que no es Patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra… [3]  Máxime si yo había sido formado bajo las premisas del médico, que necesitaba Colombia.

Tal vez, en algún momento, me pregunté si como Bolívar había arado en el mar y edificado en el viento; pero, no me arrepiento, porque allí logré una sólida formación y acumulé un montón de experiencias, que vueltas a pensar siempre resultan enriquecedoras, con el camino abierto a nuevas vivencias, más allá del diván y me vine a arar y sembrar en la tierra del padre, en su Galicia natal, donde me siento muy reconocido por mis colegas psicoanalistas y psiquiatras, además de muchísimos de mis pacientes, llenos de gratitud, porque me comprometo con ellos, en la puja porque salgan adelante, a sabiendas de que uno no es monedita de oro, que le guste a todo el mundo.

Me parece envidiable, que cuando yo estaba por empezar mi tercero de bachillerato, tú estuvieras en Alemania en busca de tu doctorado en sociología. ¡Qué maravilla! Y que, al año siguiente, en 1964, estuvieras en la Universidad de Lovaina, en el Instituto de Países en Vías de Desarrollo, de desarrollo inhibido o distorsionado, como diría el Ché Guevara.

Ya te había precedido allí, tu querido amigo Camilo Torres Restrepo, donde había desarrollado el grupo Equipo Colombiano de Investigación Socioeconómica, a la par que entraba en contacto con la Democracia Cristiana, el movimiento sindical cristiano y los grupos de resistencia argelina en París, mientras iba haciendo su tesis de grado en Bélgica. Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá, esa obra pionera en sociología urbana en América latina, que luego sería publicada en 1987, casi treinta años después como La proletarización de Bogotá. [4]

https://books.google.es/books/about/La_proletarización_de_Bogotá.html?id=IXpFAAAAYAAJ&redir_esc=y

Pero pudiste estudiar en Ithaca, gracias al apoyo del propio Camilo y de Fals Borda, para capacitarte allí, además de contar con las enseñanzas de nuestra entrañable y común amiga Virginia Gutiérrez de Pineda, q. e. p. d.

Y después de regresar de Chile, debió ser apasionante irte a hacer un trabajo de campo en los Llanos Orientales en compañía de Moisés Melo, otro conocido mío, que te permitiera comentar sobre la difícil condición de los trabajadores en los Llanos Orientales y la necesidad de un proceso revolucionario en aquellas inmensas praderas de latifundistas. Eso sucedía cuando como Matt Monro soñábamos que  grandes cosas podíamos hacer y ahora me contento, con el hecho de haber podido hacer cositas.

Si Dios existe, quizás a la hora de nona, podré decirle como Pär Lagervist en La Sonrisa de DiosHice lo que pude. [5]

Pero no sabes lo que me ponía a fantasear esta hermosa canción:

https://www.youtube.com/watch?v=ZYVrtL-r1co

Nunca fui profesor de psicología social, como tú; pero, me especialicé en dictar cursos de psicopatología psicoanalítica y de nuevos aportes a la teoría freudiana, donde prácticamente desarrollé un curso sobre Melanie Klein, la autora de base de tu maravilloso libro de Reflexiones psicoanalíticas, que lo tengo empastado; pero que nunca publiqué.

Me parece fantástico tu trabajo sobre el nivel de vida del personal ferroviario y de la de los estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia, lo mismo que la sobre deserción estudiantil, asunto que me preocupa mucho en relación con los jóvenes españoles y su fracaso escolar.

Es interesante que también desde la Unidad de Investigación del Instituto Nacional de Salud, en Colombia, te dedicaras a estudiar la morbimortalidad y el estado sanitario de las comunidades rurales y hayas hecho tu aporte a la Salud Pública de nuestro querido país y que hayas trabajado con el doctor Francisco Cobos en el ICBF sobre nutrición y desarrollo mental, con el apoyo de la Universidad de Cornell y que, allí mismo, hayas trabajado sobre la atención a lactantes y prescolares en el país.

Y me gustaría muchísimo que me contaras sobre la evaluación, que hiciste sobre la Escuela de Padres, en Medellín, porque es algo de todo mi interés, actividad que realicé en El Arca  de Medellín, la cual había sido fundada por Clemencia Escobar, quien murió cuando era la compañera del Moisés Melo, del que ya te dije que era mi conocido, tanto como ella.

Ahora estoy interesado en un proyecto para hacer aquí en Vilagarcía de Arousa, para trabajar un poco a la manera de Bruno Bettelheim, con padres de adolescentes normales y para lo cual me estoy estudiando un libro de un lacaniano Mario Izcovich, un catalán, cuya obra se titula Ser padres, ser hijos. Los desafíos de la adolescencia  [6]. Vamos a ver si logro hacer algo en ese sentido.

Y mientras tanto ibas haciendo con Ximena Pachón ese bello libro sobre los gamines, que tanto me gustó.

http://bogolibros.blogspot.com.es/2016/06/gamines-testimonios-cecilia-munoz-v-y.html

Sin olvidar ese otro gran libro, que hiciste con tu querida amiga: La niñez en el siglo XX, ya que como psicoanalista, que trabaja con niños siempre me interesó el trabajo antropológico sobre los infantes, desde aquel libro de Pepe Gutiérrez,Gamín, mi vida con los niños de la calle, que tanto diera que hablar.

Y ese otro de Álvaro Villar Gaviria, El niño, otro oprimido.

Lo mismo que me encantó el libro, que escribiste con Alejandro RojasReflexiones sobre la crianza.

https://articulo.mercadolibre.com.co/MCO-460226362-reflexiones-sobre-la-crianza-cecilia-munoz-vila-ed-gama-_JM#redirectedFromParent

Pero jamás supe de él ni leí La aventura infantil a mediados del siglo, cuya carátula veo hoy con ojos de deseo.

htps://books.google.es/books/about/La_aventura_infantil_a_mediados_de_siglo.html?id=WmGTAAAAIAAJ&redir_esc=y

Ni tampoco tuve noticia de tu libro Réquiem sobre los niños muertos, en el que, de nuevo, ambas enfrentaban la dura realidad de la niñez desfavorecida por la fortuna en Colombia.

Ahora, que me enviaste hace añares, tu libro sobre Las reflexiones psicoanalíticas, me sentí muy contento de volver a Freud, Klein y Bion, quienes han sido tan fundamentales en mi formación básica psicoanalítica, por lo que fue un enorme placer la compañía de tu libro, que estudio, palabra por palabra, con el regusto, que me producía el café, que me tomaba mientras te estudiaba rigurosamente.

Porque mucho me falta para comprender cabalmente a Meltzer, a quien yo, por la versión de Adalberto L.A. Perrota, que era muy rígido en el encuadre, sin adornos en su consultorio y siempre vestido de la misma forma, para que nada cambiara en su gabinete analítica, no pensaba en él como el gnomo, del que tú me hablaste, que suspendía su labor de leñador en el antejardín de su casa para abrirte la puerta y llevarte a su despacho para la supervisión, cosa que envidio profundamente; pero, con la envidia de la buena, como dicen las señoras de Medellín.

Y a mí, cuando vi su foto, se me pareció a un gitano, bastante bacano o guay, como se dice aquí en España con su larga melena.

                         http://psychoanalysiskharkov.com/дональд-мельтцера-donald-meltzer

Un abrazote,

Jesús

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[1] Althusser, L. Freud y Lacan. Anagrama, Barcelona, s.f., s.p.

[2] Mannoni, O. Un comienzo que no termina. Transferencia, interpretación, teoría. Paidós, Barcelona, 1982,  164 pp.

[3] Fernández Lobo, L.C. La poesía de Antonio Machado. Ediciones Akal, Madrid, 1997, p.42

[4] Torres, C. La proletarización de Bogotá. Fondo Editorial CEREC, Bogotá, q987, 188 pp.

[5] Lagerkvist, P. El enano y La eterna sonrisa. Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 137 pp.

[6] Izcovich, M. Ser padres, ser hijos. Los desafíos de la adolescencia. Gedisa editorial, Barcelona, 2017, 142 pp.