27 – Georges René Weinstein V.

Y… no fue destruido el planeta

 Sobre algunas creencias actuales, o actualizadas

El fin del mundo estaba previsto para el pasado 19 de noviembre, pero nada sucedió.

Desde hace algunos años se ha venido posponiendo la fecha fatídica: …mayo de 2003, diciembre de 2012 (coincidente con los ciclos Mayas), septiembre 23 de 2017; y, ahora, el 19 de noviembre. ¿Qué nueva fecha propondrán los creyentes del planeta X (diferente a planeta diez)?

~~~El 11 de noviembre escribí un pequeño ensayo sobre el asunto. Ahora lo retomo y extracto  algunos conceptos y términos de mi libro (en proceso, desde hace 12 años): Del Big Bang a las creencias, para comentar varios temas socorridos: los reptilianos, los Anunnaki (“como extraterrestres”) y el fin del mundo. Diferente a la estructuración del libro, en este texto sí realizo algunos planteamientos~~~

Los eventos de transformación evolutiva y las interpretaciones de los hombres del neolítico, que a causa de una nueva forma de vida: la domesticación de animales y vegetales –una etapa de sedentarización– pudieron realizar con su poder de reflexión simple e ingenuo, han sido reinterpretadas, desde hace unos 70 años, acomodándolas a situaciones actuales. Algunas posibles razones: alcanzar reconocimiento, obtener dinero con publicaciones y programas televisivos, manipular a millones de personas para distintos fines… Seminarios, conferencias, miles de artículos en la Web, programas y hasta canales de televisión son las fuentes propicias para tales objetivos. Y, de manera adicional y perversa, la mente extraviada de un “flautista de Azerbaiyán”, Sitchin, un traductor de tablillas, que endulzó, hasta su muerte, a los creyentes de sucesos extraños con su planeta inventado: Nibiru.

  1. En el período Pérmico (hace 290 millones de años), hubo acentuación de los desiertos, una rápida expansión animal y cambios notorios en los reptiles. En el orden de los terápsidos (“reptiles mamiferoides”) se produjo, en el cráneo, una abertura posterior a las fosas oculares. Con este evento, tal vez fortuito y oportuno para nosotros, comenzaron a bosquejarse los mamíferos, nuestros antepasados. Quizás, como recuerdo genético de esa secuencia evolutiva, ahora se concibe la existencia de una raza reptiloide encadenada a ese salto trascendente, y cierto en nuestro origen primero.
  2. Unos cien millones de años después comienza la era Mesozoica, y con ella el período Jurásico (hace 199 millones de años). Allí se dio la aparición de los mamíferos (con mandíbulas rudimentarias). Esos animales están reunidos como una Clase, en la que estamos incluidos los humanos.

Como consecuencia de casi 200 millones de años de cambios –hace unos 6 millones de años– se dio la tercera divergencia molecular de la familia Hominoidea –comprobada por investigaciones de genética molecular y los datos actuales del registro fósill–, al separarse la subtribu Panina y originar el género Pan (con especies actuales: chimpancés y bonobos).

Y, luego, sin saberse la fecha exacta, aparece la subtribu Hominina (homininos): primates homínidos de locomoción bípeda, con su género Homo (y antecesores). Desde allí comienza la lucha por grabar en la historia el nombre de una extraña especie, la humana –la única especie dotada de manos y palabras.

Las creencias primeras eran la explicación de los fenómenos naturales como los astros, las lluvias, las cosechas, las tormentas, los rayos, los cereales, la vida. Luego, los humanos, al alcanzar cierto grado de reflexión –y poder establecer comparaciones– concluyeron que cada cosa –como nosotros– poseía una energía (lo que llamamos espíritu) que le permitía actuar (moverse). Lo hacia el hombre, los árboles, los animales, las piedras, las tormentas, el Sol,  el aire… (Los humanos caminaban, las piedras rodaban o caían, las hojas danzaban…).

  1. Pasadas las glaciaciones, y comenzado el Holoceno (hace unos 12000 años), sucedieron los eventos que luego nos sitúan en Sumer, la primera civilización conocida.

Los sumerios no tuvieron historiógrafos: no conocían la historia, no les importaba la historia, no investigaron la historia, tampoco escribieron la historia. El mundo estaba allí y siempre había sido así. Dieron nombres a las fuerzas de la naturaleza, y los documentaron: Nammu, el océano primordial (la entropía, el desorden); An, el firmamento (el cielo); A, el agua; Ki, la tierra.

~~ Nota: El sumerio fue una lengua aglutinante.  Las sílabas se suman para dar el significado (ejo: en= señor, nin= señora, lil=aire, ki= tierra; entonces enlil= señor del aire, ninlil= señora del aire, enki= señor de la tierra). ~~

Algunas creencias sumerias acerca del origen del mundo en Nippur, están plasmadas en el poema babilónico Atrahasis –narra La creación del mundo, La creación del hombre y La gran inundación–, esa versión, escrita en el milenio –II (unos 2000 años antes de la Era Común) cuenta: en el Dilmun, Alulim (o Adapa), fue formado por los señores a partir de arcilla: Nammu lo modeló de barro y Enlil, le insufló la vida. Estas creencias, referidas al año –5.000,  pudieron tener concreción escrita, en Sumer, luego del año –3.000, con el descubrimiento de la escritura cuneiforme. Una creencia paralela, en Egipto, sitúa hacia el año –4000, con Jnum, el Señor alfarero, la creación del hombre con barro. Otra más surge después, en algún lugar sin determinar aún, con Adán, modelado también con barro, por YHWH (Yavé), en el año –3760, según lo narra La torá (el libro de los hebreos) en el milenio –I.

La gran inundación, ocurrida en Sumer (comprobada, ahora, por los lodos y por los análisis estratigráficos y pruebas de carbono 14), ocurrió cerca del año –2900. Una inundación (global) se reporta, en la Torá, como sucedida 800 años después. Parece que, luego de la hecatombe y buscando protegerse, los sumerios acudieron al viento (lil) y a la tierra (ki) y comenzaron a rendirles culto como En-lilel señor del viento (que, a la vez, generaba o acompañaba las lluvias y tormentas y las inundaciones) y En-kiel señor de la tierra–. A An (el firmamento), por ser un ser neutro (que no actuaba) lo relegaron y permaneció solo como Señor creador. A pesar de considerar a los señores (los seres superiores) como seres sobrenaturales, los habitantes de Sumer tenían la certeza de que habían surgido del mundo por ellos conocido, “La tierra”. El Sol (utu) viajaba durante el día por el cielo (an), dando vida,  por la noche la suprimía (¡siendo el sueño una pequeña muerte!) al introducirse en el inframundo (irkalla); al alba aparecía y generaba nueva vida a los seres vivientes y a las cosas: “ese era el mundo”. Los sumerios, partiendo del conocimiento adquirido, aceptaron que siempre “el universo –AnKi–” había estado y sido así.

En Sumer, en Kur-gal, “la cima de la montaña donde salía el Sol”, “el santo montículo” residían los cuatro seres superiores principales: Nammu, An, Enlil y Enki (que representaban al agua primigenia, al Señor del firmamento o cielo, al señor del viento, y al señor de la tierra). También estaban allí, los  seres superiores importantes, y los secundarios. Todos venidos del agua salada primordial: Nammu, el origen de todo.

Los vocablos del lenguaje sumerio, An (transliterado al acadio Anun): cielo, A: agua, Ki: tierra  (literal: cielo, agua y tierra), en conjunto, eran definitorios de los elementos que contenían a todos los seres vivientes  –y su origen. El fuego asumía su negación.

De una narración sumeria, cuneiforme: –El cielo y el ganado.

 […] “Todavía no existían los cereales,

ni el resto de las plantas,

ni tampoco el ganado menor cuando,

sobre las montañas del universo, 

An trajo a los Annuna al mundo”. […]

[…] “Fue entonces cuando en su lugar de nacimiento

en su residencia, en el santo montículo,

los señores crearon a (la) oveja madre y (al) cereal.

Fue así como los Annuna del santo montículo

consumieron en abundancia los productos

de (la) oveja madre y del (l) cereal

sin llegar, sin embargo, a hartarse”[…]

Traductor Samuel Noah Kramer (quizás, el sumeriólogo más acreditado del planeta Tierra).

Los Annuna (Annuna-kis, en lengua acadia), los hijos de An, “los señores secundarios”, los seres que bajaron de la montaña donde aparece y se oculta el sol, fueron enviados para realizar la fundación de las primeras ciudades y el entrenamiento de los humanos en artes y oficios.

  1. Tantas tergiversaciones de la historia y tantas creencias extrañas, comenzaron a plasmarse, quizás, en la Edad Media. Pero de forma abrumadora en los siglos XVIII y XIX, con eruditos interesados en defender y justificar sus ideas particulares, que comenzaban –con los descubrimientos arqueológicos– a tambalear. Entonces iniciaron las traducciones y transcripciones amañadas de las tablillas cuneiformes. Todo ha desembocado en la sed de justificaciones extraordinarias para lo que en el universo parece ser simple cotidianidad intemporal: dar dinamismo a su energía, a su entropía

Si nosotros, formados por casi un 70% de agua –¡que es materia inorgánica!– podemos reflexionar, pensar, tomar decisiones y cambiar cosas, ¡que no podría hacer el universo! del que somos una fracción ínfima, ¡una …ava parte!, que no alcanzaría a ser cuantificada en todas las cuartillas de papel que se han elaborado, y en los computadores, y en “la nube”, y en todos los artilugios e instrumentos que sea capaz de construir el hombre para certificar tal número fraccionario. Aun así, tratamos de  plasmar la historia del Hombre como un Ser diferente y superior.

¿De dónde surgen las historias crónicas y fallidas, de destrucción del planeta Tierra, por una colisión con el planeta X que, “por decimotercia vez” tampoco ocurrió el pasado 19 de noviembre? ¡Siempre!, de los seguidores del “Planeta X” (Nibiru)

El culpable de todo ese maremágnum de desinformación es Zecharia Sitchin (Azerbaiyán, 1920; USA, 2010). Un traductor de tablillas que interpretó y modificó a su arbitrio muchos documentos de Sumer, de Babilonia y de la Torá; y, también inventó historias extrañas y las defendió como traducciones correctas de las tablillas cuneiformes. Considerado un escritor pseudocientífico, sus publicaciones son rechazadas por científicos, historiadores y arqueólogos que están en desacuerdo tanto con su traducción acomodada y personal de algunos textos antiguos, como en su comprensión particular y errónea de la física: la NASA niega la existencia del planeta X. Algunos autores  que lo han desenmascarado son: Konrad  Talmont–Kaminski, Mark Pilkington, Ronald H Fritze, y el (The) Skeptics Dictionary.

Nippur (en sumerio: Nibru En.LilKI, “Ciudad de Enlil”. “La primera ciudad de Sumer”, en Mesopotamia (el Tigris y el Éufrates), cuyos restos más antiguos se calculan en el inicio del  milenio –V (año –4900), –en el sur del actual Irak y cerca de Diwaniya–, y donde fue creado el primer hombre. Allí se han encontrado más de 15.000 tablillas de barro con “narraciones” de índole diversa y un plano de la ciudad.

Nibiru: vocablo empleado por Sitchin, para Nibtu o Nippur. Él transliteró la palabra NIBIRU para denominar un planeta supuesto, ahora mencionado como el planeta X (¿?), que gira en sentido contrario al sistema solar y se acerca cada 3600 años y causa cataclismos en La Tierra”.

Según Sitchin,  en las creencias sumerias existía la certeza de  que con el término anuna- kis se certificaba a dioses extraterrestres, venidos de Nibiru. 

Sitchin es autor de muchos libros que promueven la teoría de los antiguos astronautas y el supuesto origen extraterrestre de los humanos –creados por los Anunnaki (o los Nefilim, los ángeles caídos), procedentes del planeta Nibiru–.   

 

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Esta es la realidad escueta de tales creencias, pero en el siglo actual –el de la ciencia y tecnología y los descubrimientos arqueológicos– muchísimos millones de “ávidos mal informados” parecen pensar en contravía y tomar en serio las creencias del Planeta X (Nibiru), de los reptilianos y  de los anunakis (como seres extraterrestres).

Podrían existir los extraterrestres, y siendo así podrían visitarnos? ¡Son posibilidades válidas para este universo! Pero… en él todo parece único, y cada cosa se inicia en algún lugar y tiempo, ¿y, por qué no,  el humano aquí y ahora?

Podríamos preguntarnos: ¿Hasta dónde pueden envilecerse las personas que, por provecho propio y ansias de reconocimiento y fama, tergiversan la historia y la ciencia de tal forma?  Internet está saturada por miles de artículos que abordan, con todos los matices y ficción posibles, ambas palabras: Nibiru y Anunna; lo mismo sucede, de manera incisiva, con algunos canales de TV.

Existen miles de humanos inescrupulosos que, en oficigarajes, en auditorios… en diversos ambientes y con charlas coloquiales, programas televisivos y de radio,  seminarios, libros, artilugios de nombre exuberante esconden, en tantas artes esotéricas (de las que participamos, o hemos oído nombrar u aceptamos), expresiones elaboradas con lenguajes exotéricos (simples) que atrapan y convencen, para extraer de los bolsillos el dinero o controlar la voluntad de los restantes cientos de millones de Homo sapiens que, aunque habitamos este universo, pretendemos fingir que fuimos creados fuera de él, ¡en la nada!

~~ Entonces, ¿Cuándo asistiremos a los encuentros singulares y a la destrucción…?

2017- 12 – 08