27 – Claudia Patricia Arbeláez Henao

Claudia Patricia Arbeláez Henao

2 de marzo de 1972. Ciudad Santiago de Arma (Rionegro), Antioquia, Colombia.

En 1999 publicó su primer libro: Manual para ver llover. Exploración literaria 2012.

Otros proyectos: Cuentos y otros ensueños, Dejaciones, Solsticio, Sueños para un buen dormir, Cuando aún brille el sol, Vecindarios, A pulso de mujer, Siete cueros, De mis poemas azules, Las palabras y yo, A viva voz, Mariposario.

Docente en ejercicio, tallerista y gestora de Arte para volar, espacio para la promoción de la poesía en el municipio de origen. Integrante y promotora en la red departamental de literatura, por el municipio de Rionegro e Itagüí, Antioquia, en los años 1999-2000.

Ha publicado en prensa, boletines y proyectos regionales. Ha participado en programas radiales y emisoras culturales, lecturas públicas y espacios literarios. Ha publicado en algunos portales de internet como http://www.leemeuncuento.com.ar y revistas como Revista LEXIS – Biblioteca Asociación de institutores de Antioquia. Secretaría de asuntos pedagógicos y sindicales. Año 2, Noviembre 2000.

La nave de los necios (quinta edición, diciembre 2016, El Peñol –  Antioquia). Publicada en el proyecto Mujeres escritoras por la memoria de Antioquia (Gobernación de Antioquia, Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia y Librosbarco), página 76.

Participación en el Festival Internacional de Poesía Jairo Carrasquilla. Rionegro. Antioquia, Colombia (varias entregas).

Festival Internacional de Poesía. VII encuentro poeta en el equinoccio. 2015. Dosquebradas, Risaralda. Colombia.

Programas en línea: conferencista del segmento “Creando y soñando”, Programa Rincón de las artes por los micrófonos de www.radiovocesunidas.com desde la ciudad de Pataluma, estado de California, Estados Unidos y Lecturas de Claudia y Freddy, desde la misma plataforma. Proyectos dedicados a la promoción de la lectura.

Participación en Lecturas urgentes de poesía, Medellín, Antioquia. 2017.Seleccionada en el XVIII Encuentro de Poetas Comfenalco Antioquia 2017.

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Hombres de palabras 

Frente a la manta que se entreteje entre higueras mudas  
se vislumbran los vestigios de pasados corroídos  
por la rabia y la desilusión. 

Nunca los milagros descansan 
los brezos crecen saliendo del mutismo al cual han sido sometidos  
y el hombre mira por entre las hendijas 
susurrando una canción lenta 
mientras encuentra la cerradura 
no importa a dónde mire 
hay a su encuentro mil paisajes que surgen en revuelta 
ve rodar por la ladera los sueños infantiles, 
ha bebido la ambrosía y es perdonado 
por tanta ausencia. 

Revive, se hace hombre de palabras  
ahora se siente mucho mejor 
y es posible el encuentro con lo divino. 

 

Uno de esos

Dame un abrazo
de esos que hacen crujir los huesos
dan paz
purgan la tristeza
aniquilan el dolor
el desasosiego.

Dame un abrazo
que dure un silencio eterno
se meta entre mis anchuras
anide en mi carne
uno que se clave en mis vértebras
y se pasee por mis venas
mezclando la sangre misma.

Dame un abrazo que huela a mar
me haga ceniza 
no importa si es el último
valdrá la pena haber venido hasta aquí.

Pon tus labios en los míos
déjalos cerca y quietos
regálame tu aliento
toma mi mano
enrédate en mis dedos
pósate en mis piernas
apriétame lento
mira cómo se apura
mi corazón desvalido.

Destierra este miedo
con tu caricia
mientras te respiro
camina descalzo sobre mis certezas
corazonadas y marcas de azules
en mis noches de mucho soñar

Suéltame luego
despacio
para que tu humanidad entera
se quede gravitando en mi piel
hasta el fin de los tiempos

Más allá en el
Nirvana florecido
nos espera un suspiro
tapizado por los recuerdos
de tantas glorias compartidas
en el lecho de ese abrazo
que parecía eterno
a la luz de nuestros desvaríos.

 

Predicción

Si al caer la tarde levantas la persiana
y no me ves
búscame en la espuma que limpia tus dudas
en las ventiscas y dunas
entre acantilados, sombras
y los linderos del inframundo.

Búscame entre bambúes
sin importar el diluvio podría descansar allí
o tal vez esté remando en un mar de poesía
pese a la tempestad.

Quizá me veas al finalizar el corredor
donde descansa el viejo tocadiscos,
la habitación trasera
donde pastorea la añorada máquina de escribir.

Si al caer la tarde levantas la persiana
y no me ves
búscame detrás de la rueca
en la mesa del pasillo
donde duerme la máquina de coser
de la abuela,
en el jardín moribundo
o en el patio trasero.

Si después de todo
sigues sin verme
no me busques más
seguro me enterré con tus palabras
las últimas que escuché
antes de partir para siempre.

 

Mis poemas

Tengo poemas ensortijados en filigrana
los tengo con espinas,
de muchos latidos y formas
poemas azules, primaverales,
de dolor, amor y tristeza.

Los tengo trepando muros y bajando escaleras,
unos crecen en campos de trigo;
los multiplico como al pan
los abono con risas, nuevos acentos
y líricas de diferentes aromas,
con ellos trenzo mis días
me hago camino.

Los tengo vagando por mi cuerpo
a veces esponja, jaula, panal u océano
navegando entre mi centro como bóveda,
llevo baladas que parpadean
al compás de mis ausencias,
tantos decires agazapados
en la espesura de mi bosque
poesía que me sacude
grafías rebeldes
meciéndose entre renglones discontinuos
acentos que tiñen mis oídos
mitigando toda pena
me quebranta y restaura
predestinada
poesía mía.

 

Renacer

Entro en un callejón con o sin salida, al final un arlequín de rostro demacrado que coagula las risas, anuncia el final.  Asisto al velorio de mis fatigados días, el sepulcro espera. Cruzo jardineles en busca del tesoro donde antes urdían los versos luego acompasados, los tiempos de palabras con sabor a desparpajo e incienso y con ellos recobrar el aliento.  Alojo mis nuevas horas bajo la mesa de cuentos para que nadie las vea, las uno a mi testamento de flores, poemas y plegarias al cielo; así cuando todos se hayan ido, podré redescubrirme a mi antojo y renacer junto al vuelo de un violín, una cítara o un tambor dispuesto al encuentro.

 

A la luz de una nueva promesa 

El afilador de promesas construye su casa en medio de fresnos, pone una mesa de historias en el corredor principal y todos juntos alrededor, se derraman en fonemas e intentos de descifrar ecos de mundos invisibles. Hace retratos de los muchos senderos con su lápiz para eternizar sus asomos  y darlos a luz cuando necesite devolver al universo la fe y el color de la certeza en los ojos de Natura. 

 

Historias de arrepentimientos 

Entre piratas y corsarios que salen en medio de truenos, llega un torbellino de leyendas para comenzar la faena. El reloj de arena es sólo un pretexto, el tiempo será medido desde ahora en respiros.  Cuentan cómo  hombres y mujeres hacen inventarios de caligramas en blanco y negro, saetas imprecisas que rugen con la entrada del aguijón. 

 

Llegan con ellos reseñas de vidas que aún no se gestan pero aparecen rodando rumbo a despeñaderos de dolor, con la mirada taciturna ven el regalo que una vez rechazaron, porque pensaban que la negritud no merecía sus ojos y en la oscuridad no había colores.  

¡Qué equivocados estaban! 

Ahora los ancestros de esta legión en grises pagan un alto precio por tanto descuido. Los palabreros enseñan con historias lo que el cielo castiga con tormentas. 

 

Fe

Se escuchan a lo lejos eternas castañuelas batidas entre zapateos cruzando alamedas y corredores sin fin.  Asoman prestas a la conquista de nuevos trinos y danzas para no morir de soledad cuando la vida haya cobrado la última deuda. 

 

La época de dioses y titanes ya pasó, un embrión de poemas se centra en el útero hilvanando senderos para cuando brote en un camino de nunca regreso, sea fácil acampar en ese mundo sombrío y ensordecedor del cual le han hablado antes de nacer quienes no tuvieron oídos para escuchar y ojos para ver los colores que retozaban en medio de la oscuridad. 

Esquirlas pinceladas de sangre llegan al hospedaje donde permanecen los espíritus abatidos por las penas. ¡Hay tanto tormento allí cerca! 

Otros buscan atravesar el inmenso pórtico abandonado para escapar de tanto ruido y lamento agolpado en las paredes queriendo salir y hacer posesión de cualquier cuerpo como pretexto y reencarnar, pero ellos saben de otras bocas que si se quedan, permanecerán presos en abarrotadas callejuelas donde el tránsito poético sería imposible y las noches de amar, una promesa sólo para el cielo. 

Todos luchan y renuncian aunque esto les signifique la muerte algún día, prefieren abandonar el mundo con un poema en la garganta y el amor prendido en la piel. 

 

Tan cerca quien te grita

Te grita el viento
enclavado entre los mares
las cascadas  y una barca encallada en la arena
los arbustos llenos de antiguos rezos y hechizos
los amaneceres y a veces los silencios más profundos.

Te reclaman los cuentos medievales
los boleros de otros años
las lluvias perdidas en el tiempo
las apariciones tras la ventana
las bromas, los finales esperados
y los muchos inviernos.

Te anuncian las flores, los volcanes
los paisajes coloridos
también aquellos sombríos
disolutos
místicos
los nuevos senderos
los caminados y los que no.

Te suplica la noche
el faro más allá del océano
el secreto en el arcón
el viejo espejo y el flamenco.

Espero saber de ti muy pronto.  
Hasta luego Jairo.

Rionegro – Antioquia