27 – Antología del XVIII Encuentro de Poetas

Antología del XVIII Encuentro de Poetas, Comfenalco Antioquia, 2017

El XVIII Encuentro de Poetas, Comfenalco Antioquia –con los poetas seleccionados–, se desarrolló con tres talleres preliminares. Luego con varios “circuitos” de lectura, entre el 28 de septiembre y el 6 de octubre, en las bibliotecas: Biblioteca Pública Comfenalco Niquía, Biblioteca Pública Comfenalco La Aldea–Itagüí, Biblioteca Pública Centro occidente San Javier  Biblioteca Pública Héctor Gonzáles Mejía–La Playa, Biblioteca Concertada Adida Comfenalco, Biblioteca Pública y Parque Cultural Débora Arango y Parque Biblioteca Belén.

El 22 de noviembre, en el Auditorio de Casa de lectura infantil Barrientos, La Playa, se realizó la ceremonia final, con lectura de poemas, por los poetas participantes y entrega de la antología, y un brindis de regocijo.

Los responsables principales del evento fueron: Andrés Felipe Tamayo Arias, Bibliotecólogo / Promotor de Lectura, Biblioteca Pública Comfenalco Castilla, como coordinador del evento, y Janeth Posada Franco, escritora, poeta y jurado del concurso –directora de Hilos de Plata Editores–. Para ellos (y los demás miembros del equipo organizador), nuestro agradecimiento.

Georges Weinstein

Compilamos poemas de algunos poetas participantes

Pájaro vacío

Nadie viene
por el camino a casa,
nadie se detiene
en mi jardín.
Salgo de mi jaula
y nadie se sorprende.
El sol sobre el camino
adivina en silencio
mis pasos.

Gloria Eugenia Hincapié Zabala

¡Esta casa!

Eras aire y eras canto
y eras fuego…
avivado por tu voz,
y el eco de tu cuerpo
ocupaba los espacios.

Tu nombre, iluminando
los amplios corredores,
era lámpara votiva
–¡norte de alas en las sombras!–,
que a todos volvía a reunir.

Luego la partida,
el abandono, la nostalgia
–marcándonos los ojos
con aquella foto sepia–,
y tantos recuerdos
que reviven con las lágrimas
y el silencio que nos une.

Esta casa se derrumba
y no te extraña;
entre sus muros sigue inmersa
tu presencia.

Georges René Weinstein V.

Cómo olvidar a un amor que también amaba los libros

Y que se apague en el presente su voz de las letras,
que se quede entre las esquinas dobladas
e las paginas en la biblioteca, en una
dedicatoria, en letra cursiva,
que ya no se hizo cierta.

Que se apaguen
el presente la idea
del futuro, y que
las hojas sirvan
de cementerio.

Porque todos los libros
regresaron, pero
siguen siendo suyos.
lo dejo que se duerma,
acurrucado en las estanterías,

Que yo me voy,
que apago la luz,
que cierro la puerta,
que sigue la vida.

Verónica Toro

Fabrico poesía

Copié al sin igual Henry Ford, e inventé
la increíble línea de ensamblaje,
de odas y poemas; la patenté
presto y ya publiqué el primer tiraje.

Con todo este dinero que yo gano
al producir y “ensamblar” poesía,
vivo como todo un magnate, ufano,
rodeado de lujos y porfía.

Es una delicia ver como salen
versos, cuentos, sonetos y rimas,
calentitos, que es como más se venden
en los semáforos y en las esquinas.

Hoy fabrico versos alejandrinos,
coplas, lindos romances, epopeyas,
hermosas poesías como trinos,
y, sin esfuerzo, las obras más bellas.

Pienso pronto establecer sucursales,
prósperas fábricas de poesía,
pero ¿Dónde “lavaré” los caudales,
que son proscritos en la patria mía?

No tendrás más trasnochos ni desvelos
si deseas una obra literaria;
la máquina, con señales y pelos
te la hará, sin tanta parafernalia.

Gabriel Fernando Vélez Jaramillo

Cita amena

A mí no me invite a un café.
A mí
Invíteme a soñar.

Luisa Fernanda Lopera Sosa
Temblor en la sangre

Desplómese,
¡Sí!
desplómese,
caiga. Reaccione.
Abofetee sus pies, pregúnteles por qué andan.
Sacuda su cabeza,
utilice su fuerza.
Suplíquele a su cuerpo,
sacrifique el pulso.
Saboree el universo.
¿Qué es el universo?
Desbarátese en las preguntas,
nade en los acertijos,
limpie sus albercas.
Si ve un poco de sangre no se asuste, no tiemble,
está comenzando a nacer.

Melina Pezzotti Escobar
Libélula

La magia de tu vuelo
se posa en mi jardín. Eres perfección,
equilibrio entre aire y tierra: Tú danzarina,
ninfa etérea, visitas mis flores, ¿acaso eres
capullo inquieto y volador que decidió
perder su raíz para llenar de colores
el espacio azul donde miro

Luis Fernando Diossa G.
El niño del semáforo

¡Naranjas al aire!
¡bastones que vuelan!
Coreografía perfecta,
miradas de reojo,
ropa harapienta,
más edad que estatura,
esquelética figura,
analfabeta sin tiempo;
sostén de su familia,
bajo el sol o la lluvia,
el espectáculo continúa;
caen monedas, algunas.
Auto sin freno,
cristales que suenan
ruedan naranjas,
bastones partidos,
macilenta figura,
silencio y olvido…

Guillermo Elías Salcedo Solano