25 – Editorial

El mundo gira y gira

Desde el No. 24 de nuestra revista, ¡cuántos cambios se han presentado en el mundo y en este país que todavía parece consagrado al corazón de Jesús!

Los vientos que pretenden volver a un pasado oscuro y retrógrado soplan y logran éxitos en la patria del Primero de Mayo y del Día de la Mujer, ése que que presume de ser el policía del mundo. Pero multitudes enormes en todo el planeta protestan, generando un verdadero huracán. Así le dan su bienvenida al payaso que está al frente de esos vientos retardatarios. Muchos líderes de su país y de otros lugares se le enfrentan y las cosas no se le presentan muy expeditas. El payaso rubio sueña con llevar al mundo a una hecatombe nuclear, feliz porque en su antigua “madre patria” se impone el Brexit y en otros lugares sacan las uñas sus congéneres. Y logran éxitos como en Brasil y Argentina.  Hay elementos semejantes a las décadas del 20 y del 30 del siglo pasado, cuando unos locos similares a éste de ahora nos condujeron a una carnicería gigantesca en la primera mitad del siglo pasado.

Aunque por estrecho margen, los pregoneros del pasado no lograron la presidencia en Ecuador y se mantendrán las conquistas obtenidas.

Y la Francia de Voltaire, de Víctor Hugo, de Dantón, de Alejandro Dumas y de tantos grandes, no se dejó cautivar por esas aves de mal agüero, que predicen tragedias y muertes. “Unas son de cal y otras de arena”, dice el refrán popular. Esta vez fueron esas fuerzas oscuras las que perdieron y se llevaron su sorpresa. Las cosas no las tienen fáciles y expeditas a su favor, es necesario volverlo a repetir.

En nuestro país finalmente se firma un acuerdo de histórico en el Teatro Colón de Bogotá. Pero una mayoría de los votantes apoya a los seguidores del amo del Norte.

En muchos países la disyuntiva no es entre derecha e izquierda sino entre las fuerzas más recalcitrantes que abogan por el pasado y todo el resto de la sociedad. Es posible que aquí, en el 2018, ésa sea también la disyuntiva, como lo fue en las pasadas elecciones presidenciales.

En Colombia puede darse una amplia coalisión de voluntades. Una coalisión que lleve a conservar las cosas positivas que hemos conseguido. Una coalisión que prepare el camino para que esta patria de José Antonio Galán, de Nariño, de Vargas Vila, de García Márquez, de María Cano, de León de Greiff y de tantos y tantos, hacia un camino de tranquilidad y de paz tan justo y necesario.

Porque, como en la novela de Saramago, mucha gente se ha vuelto ciega. Y también, como en su otra novela, tendremos que aunar esfuerzos para que un día llegue a reinar la lucidez.

Jairo Trujillo M.

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