24 – Revista Quitasol

Revista Quitasol No. 8

Revista de poesía, arte y literatura editada en papel, que en esta edición incluye el concurso de poesía: Poetas del valle de los perros mudos –¿tal vez, el título, por los perros del valle de Aburrá, que no ladraban?–, convocado por la revista . El acto de presentación se realizó en la Casa de la Cultura del Ángel, en Bello, Antioquia, el 26 de noviembre de 2016.

La revista, además, incluye (mucha) poesía (de los poetas del Quitasol, y de otros), cuento, reseñas, ensayo, teatro, “in memoriam” y otras expresiones literarias y artísticas.

Un agradecimiento para Berenice Pineda Monsalve, Daniel Día y Johnny Zeta, los anfitriones con quienes compartí la velada de presentación.

G. W.

quitasol

Algunos poemas de tres, entre los cinco, poetas ganadores del concurso: Poetas del valle de los perros muertos:

Los vagones del tren

Como barcos viejos a la orilla del mar
roídos por la sal
anclados en una estación
que no les pertenece
con el follaje que produce el tiempo
cercando las ventanas.

Los vagones del tren
conservan aún en su interior
los ecos de la algarabía del domingo
a veces los imagino como animales
furiosos rugiendo
surcando la montaña
con su humo opacando el sol.

¿Cuántos viajes hacia la tristeza?
¿Hacia la alegría?

Viajes esculpidos en las paredes de un túnel
ahumadas por un tren.

Jesús Gómez

 

¡Clepsidra!

Quizás se dio desde antes
de que fuera el océano visible
a las naves invasoras
que el doce de un octubre triste
anclaron en las playas nuestras.
Pero la sangre fue palpable,
cuando aquel capitán cortó las manos
del nativo que abrazó el acero
para él desconocido;
o cuando el secuestrado: ¡Nutibara!
fue ceñido por llamas homicidas.

Bastantes las lunas
y los días que marcharon.

¡Ya no están pero nos quedan
sus genes y sus mañas!

¡Los indígenas huyeron!, ¿pero a dónde?
¡Ahora, los habitantes de campos y ciudades!:
obligados migran muchos,
otros cargan esquirlas en el cuerpo;
hay hambruna, terror ¡y muchas muertes más!

¿Será violencia
una clepsidra de fondo incontenible,
un flujo perpetuo de la sangre?

Georges René Weinstein

 

Piedad: cigarra única

Carnaval
fuerza viva de la locura
cigarra única en medio del marasmo
de esta Colombia
danza viva ante la muerte en tacones
que burlona se pasea cada día por nuestras calles
brisa tenue en nuestros labios
labios de nosotras
boca abierta y cerrada
pero abierta para un poema
una letanía esbozada
para seguir resistiendo y viviendo

Tatiana Yulieth Isaza Giraldo

 

Algunos poemas, de dos, de Los poetas del Quitasol:

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Cesare Pavese

Vendrá la muerte un día
y me encontrará en calma.

Vendrá y no tendrá tus ojos
tendrá los míos, los de antes
los que aún no alterados te buscaban.

Vendrá la muerte un día.

Tendrá mis manos
y se vestirá con mil telas
para que no le tema.

Vendrá la muerte con mi niña olvidada
para aliviarme.

Diana Milena Berrío

 

He de buscarte por todos mis silencios,
por todos los recodos de tu ausencia,
por los dormidos parques visitados en tardes
que se pierden con el tiempo.

He de buscarte por los andamios solos
en los que duermen silentes albañiles
como espigas en tardes de verano,
ausentes de sí mismos, olvidados.

He de buscarte, amor, en los abismos
donde se arrojan los escombros de los amantes ebrios
abrazados cual céfiros desnudos,
etílicos, sonrientes, felices y abrumados.

He de buscarte, amor, en viejos templos,
en las mezquitas, en tumbas profanadas,
en la resaca del poeta enfermo,
náufrago que se ahoga sin un verso
en los acantilados, en los muelles,
en tabernas, antesalas de la espera,
en los cantos de los chamanes muertos,
en las arenas de los desiertos solos.

He de buscarte por mares que no duermen
porque no tienen olas,
por las escalinatas que a incierta parte llevan,
en la gleba, en el tumulto, en los balcones,
en las cloacas tristes donde se pudre
a plazos Teresa de Calcuta junto al Ganges.

He de buscarte siempre en cada sombra
que hasta tu sombra alcance,
en las risas, en los cantos, en los llantos,
en las miradas yertas de nobles y paganos.

He de buscarte amor en el recuerdo del hijo muerto
que no llegó a mirarte,
en cada instante, en toda amante,
en cada tarde y feliz, feliz amor, de no encontrarte.

Luis Eduardo Jaramillo González

 

In memoriam

Ricardo león  Peña Villa  (Bello, Antioquia, 1962 – New York, EE UU, 2011)

Razones del ausente

Si preguntan por él,
digan que ausente asume
retos no vividos.
Digan que le golpea
la soledad y la incertidumbre
pero que tiene fe,
que la ausencia le llena los recuerdos
pero será fuerte
¡Debe serlo!
También extraña
los amigos leales
por… si preguntan por él…

 

Bajo tierra

Estar en la estación
de Broadway y Lafayette
a las dos de la mañana
en espera del tren F
mientras los desposeídos duermen
con un ojo y con el otro te miran,
bajo tierra
sin esquinas para doblar y correr
¡miedo, físico miedo!
Miro el túnel sin ruido de tren,
sin luz señal de tren
recorro mi integridad
milímetro extendido,
las ratas sonrientes
sobre los rieles me desafían
las imagino saliendo por millones;
los ojos de los hombres aún están sobre mí.
Hace frio
tiemblo
son las dos y treinta y cinco
bajo tierra
siento unos pasos
¡Atrás de mí…!

 

Olor a cebolla

Cuando en casa huele a arroz
¡hay comida! Rica es la sorpresa
cuando la cocina tiene olor a cebolla.

A veces mi casa tiene aromas tan suculentos
que me apena con los vecinos
pero son ocasionales las opíparas.

La vida aquí en casa
es tan efímera como el humo
que alimenta el resto de mis días.

Por eso cuando no hay cena
parto una cebolla
para que su aroma alimente mi ser
y así justifico mi vida
y la poesía.