Catalina Chontasi Trujillo | Lina Gómez | Gloria E. Hincapié Zabala
El hombre que viaja y no conoce todavía la ciudad que le espera al cabo del camino, se pregunta cómo será el palacio real, el cuartel, el molino, el teatro, el bazar.
En cada ciudad del imperio cada edificio es diferente y está dispuesto en un orden distinto.
Pero apenas el forastero llega a la ciudad desconocida y echa la mirada sobre aquel racimo de pagodas y desvanes y cuchitriles, siguiendo la maraña de canales, huertos, basurales, de pronto distingue cuáles son los palacios de los príncipes, cuáles los templos de los grandes sacerdotes, la posada, la prisión, el barrio de los lupanares.
Así −dice alguien− se confirma la hipótesis de que cada hombre lleva en la mente una ciudad hecha sólo de diferencias, una ciudad sin figuras y sin forma, y las ciudades particulares la rellenan.
[Las fotos, de arriba hacia abajo, son en Madrid, Barcelona, Toledo y Barcelona. Los textos son tomados de Las ciudades invisibles de Italo Calvino.]