Colombia, julio de 2012 - No. 8

Editorial Gotas de tinta
   
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Poesía | Prosa poética

Gotas poéticas - Una labor en ascenso

Gotas poéticas es el proyecto literario, ¡de ustedes y nosotros!, cobijado por la revista Gotas de tinta. Su finalidad es invitar a poetas reconocidos en el ámbito poético, a poetas nuevos y a poetas casi inéditos. También a otros artistas que, sin utilización de los versos expresos, pueden mostrarnos la sensibilidad por la belleza o por la realidad del entorno, para que podamos solazarnos con su propuesta. La poesía, después del Big Bang, está esparcida en todas las formas de existencia que percibimos, por algunos de los sentidos, al agregarles sensibilidad, ritmo y cadencia.

Entre febrero y mayo de este año, Gotas poéticas ha ofrecido varias veladas poéticas (el tercer jueves de cada mes), al calor de las noches tempranas, en Aula +i (Espacio estético experimental…), y en la Biblioteca Pública Piloto.

Alumbraron nuestras veladas poéticas como,
La luciérnaga: /intermitente volcán/ entre las manos:

Lucía Estrada, Yenny León, Selnich Vivas, María José Molina, Rodrigo Rodríguez y Reinaldo Spitaletta:

1. Lucía Estrada Zapata. En la actualidad, una de las principales poetas de Colombia.

Qué, en “Las Hijas del Espino”, cantó a las mujeres, con la suavidad de su pluma femenina, en la dimensión del tiempo y la geografía de sus nombres, ese jueves dijo-:Arrojo mi corazón a la noche-. Y mientras nos deleitaba con su voz detenida en Cuaderno del ángel continuó-: ¿Qué refugio, qué silencio/ detrás de las palabras?Y finalizó, entregándonos con su voz serena, como un eco adormecido-:Solo quien ha resistido la sombra/ advierte la hendidura que acerca el horizonte/ y nos exime de la muerte-, queriendo responderle a un Rilke exaltado por su ángel confundido.

Así, nos prodigó sus poemas cadenciosos, deleitando nuestros sentidos con sus reflexiones acerca del silencio, -Una realidad que se levanta por encima de nosotros.

2. Yenny León. Desde la filología, representando la poesía nueva.

Llegó de repente, como ella lo canta: A veces los pájaros/ nacemos en la herida/ de una fruta. Y llenó nuestro espacio con sus versos vigorosos y frescos. Con la expresión metafórica: Bienvenido al día/ aún no nacido, que nos puso a dudar sí, El sabor del pan/ no es siempre el mismo.

Su poesía, la define: Soy la mujer sentada/ a la orilla de todos los lagos;y muestra los senderos por los que pretende continuar con su obra: Recorro los astros sepultados/ en mi pecho,/ soles que derraman sombras/ sobre los ojos.

3. Rodrigo Rodríguez Mejía. Estudiante de bachillerato.

Hay formas de poesía no convencional, donde la prosa poética, las palabras, las acciones y silencios vertidos en imágenes dejan cautivos los sentidos. Ese fue el encuentro con Rodrigo, autor del largo metraje Catalán. Presentado en el auditorio de la Torre de la Memoria de la Biblioteca Pública Piloto, con la coordinación crítica de Orlando Mora Patiño, reconocido crítico colombiano de cine.

Con su película, nos entregó sus sueños de niñez y adolescencia, despuntando en una posibilidad tangible. Como espectadores quedamos convencidos con su historia.

Siendo este documental su primer asomo en el séptimo arte, su trabajo muestra el talento que asciende con la alborada. Le queda como objetivo ponerse de pie y caminar el día, hasta encontrar la realidad de su propósito.

4. La de Selnich Vivas Hurtado, profesor germanista, fue una velada extraña. Selnich nos ilustró con su libro: Déjanos encontrar las palabras, sobre la difícil relación amorosa entre Ingeborg Bachmann y Paul Celan, los poetas líricos de lengua alemana más importantes de la posguerra.

Entre esa lírica epistolar se puede leer: Pero no olvides el fracaso: hemos de encerrar/ esa noche en cifras y letras agotadas. Y la respuesta de ella: ¿Serás tú mi propio fin?/ ¿Mi obra?

También, Selnich, ambientó el recinto con la recordación de las lenguas indígenas, ese idioma ancestral de nuestros antepasados aborígenes: el “retorno a los saberes autóctonos y la dignificación de las culturas ancestrales”.

Selnich nos ofrendó una noche de revelaciones, y culturas distantes.

5. María José Molina. Un capullo de poeta, que apenas escribe versos balbucientes. Demostró que la poesía, como el día, puede surgir con el rocío, con pequeñas gotas que se esparcen suavemente en la mañana.
Sin pretensiones, con sencillez, adueñada del auditorio, no declamó poesías infantiles, se apropió de poesías de Miguel Hernández y otros poetas de reconocido prestigio.

Su ambiente es la poesía, no importa que solamente la escuchen los adultos.

Reinaldo Spitaletta Hoyos. Desde su condición de comunicador, cronista e historiador, tejiendo un recorrido por la ciudad de Medellín, de cuyo entorno poético hay mucho por decir.

Fue su noche, una secuencia atiborrada de motivos que hacen poesía de la vida cotidiana de la ciudad de Medellín. Cualquier historia: de los próceres o de una calle que ha olvidado la memoria, si se dice con cierta sensibilidad y ritmo, tiene su acento de poema.

Los jóvenes desconocen totalmente esas historias, y hay que seducirlos con el discurso, con la ciudad, contarles qué fue Junín… Hablar de temas como el tango y la poesía, del entorno poético de Medellín, de Carrasquilla, Efe Gómez, Fernando González, de poetas populares como Tartarín Moreira.

La poesía puede estar en el silencio, en la naturaleza, en la calle, en una crónica. Está en las encrucijadas,  en los sitios donde aparentemente no sería fácil que uno cantara…

En fin, nos deleitó, convenciéndonos de que la ciudad es un hervidero de poesía.

Pero… ¡no se había dado cuenta de que su obra es verdadera prosa poética!, como lo muestra en Mujer fatal en tres poses: (…) Lilith, mujer fatal, hecha de barro y aire; (…)

(…) Scheerezada, reina de la noche, tenía en su cuerpo la atracción fatal, pero es en la palabra suya en la que radica su atractivo. Schariar, experto en degollar esposas, no resiste la danza de las horas, las letras que comienzan a bailar en la primera y única jornada. (…)


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