Gloria Eugenia Hincapié Zabala. Medellín. Licenciada y magister en Literatura Colombiana. Maestra en Artes Plásticas
Publicaciones: Poesía: Tejido de Silencios (2003); Frida Kahlo o Un Hilo de Luna (2010); Teatro Creativo (2014); Los días Iluminados (2020).
Antologías: Madame Destino (2004); Memorias del encuentro de mujeres poetas de Medellín (2011 y 2012); Genealogía de los Susurros (2014); Burla y Fervor (2015); Encuentro de poetas Comfenalco Antioquia (2016, 2017, 2018 y 2019); Antología Iberoamericana de Haiku (2019)
Asistente al taller: Haiku dô Medellín.
PRÓLOGO
Escribir ¿Para qué?
Escribo para que las palabras encuentren
un refugio en esta tarde callada,
para que me encuentres cuando te preguntes dónde estoy,
para desafiar la mentira y la sospecha,
para que tu dulce mirada repose en mí,
para que todo esto tenga sentido,
para sentir el latido de tu corazón mientras duermes,
para verte descansar seguro y tranquilo,
para construir un camino de palabras y silencios,
para que tu viaje sea amable,
para que nos encontremos en cualquier
recodo del camino.
Escribo para alcanzarte en cualquier momento,
para encontrarte,
para que la soledad no sea definitiva.
Escribo porque todos los caminos conducen a estas líneas,
aquí me encuentro,
aquí se detiene el azul de la tarde y me vuelvo tarde azul.
Escribo porque alguien dentro de mí
necesita descifrar el silencio.
2020
DESTINO
A dónde voy
se cruzan
todas las preguntas
y un pájaro cautivo
canta
a la tierra abierta.
A dónde voy
unos ángeles viejos
cuidan los nombres
plantados
en un bosque de piedras.
ESPECTRAL
Toda la ciudad
está llena de tu cansancio.
Errante y mutilado
como un ejército
llenaste las plazas
y los parques.
Son cientos,
todos iguales,
los muertos olvidos.
DETRÁS DE LA PUERTA
El bullicio de la calle
queda atrás
y me sumerjo
en el rumor
de las voces ocultas
detrás de la puerta.
A tientas me hundo
en los ojos grises del poema
y desparezco
en el rostro hermético
del oráculo.
COLLAGE DEL SUEÑO
Imágenes de papel
se acumulan en sueños
entre signos de fragilidad.
En la oscuridad
escucho voces
de una lengua ritual
mientras veo
salir figuras grotescas
de mis manos transparentes,
que caminan insomnes
hacia la luz de la luna
entre el enigma
y la perplejidad.
TE ENCUENTRO
El camino
está lleno de estatuas
que se repiten como un eco.
Avanzo entre ruidos
de otro mundo,
esquinas derruidas
palomas que escriben
alfabetos somnolientos.
Cuando al fin te encuentro,
respiro
y me lanzo en tu mirada
de escaleras invisibles.
RETORNO
Todo comienza
a ocupar su lugar.
El primer canto
vuelve a su ignota caverna,
en cada grieta
nace un pequeño jardín,
la niebla
con su velo blanco
recorre las calles desiertas
y las raíces de un árbol
se extienden
por la palma de mi mano.
Todo comienza
a ocupar su lugar.
LA MUJER QUE HABLABA CON LOS ÁNGELES
El espacio blanco crece alrededor de los cuerpos,
del vacío sale un eco de insectos
chocando
contra los vidrios de la ventana.
Dejo aparecer hoy las palabras
así como llega su luz del amanecer
y derrama su luminosidad, su densidad y tibieza.
Recorro los bordes de cada palabra,
me deslizo en la suavidad de sus desiertos,
me hundo en sus abismos
y floto entre sinuosas incertidumbres y desasosiegos.
Al subir por las escaleras del edificio,
veo a mi alrededor pequeñas nubes que ascienden
y se detienen en el quinto piso,
frente a la puerta de la mujer que habla con los ángeles.
La puerta se abre,
las nubes entran suavemente
mientras un gato duerme en el sofá.
Al fondo de la habitación
la mujer que habla con los ángeles me sonríe,
me invita a pasar, me siento frente a ella
y cuando habla,
el espacio vacío que rodea los cuerpos
crece,
se expande.
Estamos sentadas sobre nubes
y su voz es de viento fresco en el camino,
es de susurro de agua entre las piedras,
es de brisa entre las hojas de los árboles.
Entonces abro los ojos y comprendo al fin que el miedo no existe.