Hoy hace 104 años fue asesinado Rafael Uribe Uribe
Al conmemorar estos ciento cuatro años del magnicidio más escalofriante de nuestra historia, hay que decir que hoy más que nunca está vigente la figura y la obra de Rafael Uribe Uribe. Trataremos cuatro aspectos: i) Uribe Uribe, creador de una doctrina social; ii) Uribe Uribe y la autonomía universitaria, iii) Uribe Uribe no hacía parte del partido liberal al momento de morir, y iv) Una lección aprendida: El estigma y la muerte de los opositores políticos.
i) Uribe Uribe, creador de una doctrina social.- Quien fuera señalado por quienes envidiaban a este hombre total para que otros asestaran el golpe definitivo, fue y sigue siendo el pensador político más completo que ha tenido Colombia, después del Libertador, y el más avanzado en materia social. Como lo afirma el tratadista Guillermo Cabanellas, fue creador de una doctrina social; agrega que aún hoy podría considerarse como un revolucionario en el campo de las ideas sociales. Hoy, decimos nosotros, sería activo militante contra el neoliberalismo, antes denominado Apunta el profesor Cabanellas:
“Uribe aportó a la política social conceptos que aún hoy tendríamos que calificar de revolucionarios, en el exacto y buen sentido de esta voz, en cuanto transformación necesaria de principios ya perimidos por el tiempo. Buscaba cambiar las instituciones y que el Estado ocupara el lugar que le correspondía, negándose a aceptar la pasiva doctrina liberal del laissez faire, como el conservadurismo anquilosado, para levantar la bandera intervencionista en aquellas materias en que su abstención constituía deserción, al abandonar su papel de protagonista en el drama que los trabajadores vivían”.
Ahora, cuando los derechos humanos sociales, económicos y culturales deben ponerse a la cabeza de las banderas humanistas que agitan los hombres de progreso, hay que decir que estamos en mora de crear tipos penales para castigar a quienes se roban los dineros públicos dejando morir de hambre a poblaciones enteras, afectando niños y adultos. Porque es grave el homicidio individual, pero es imperdonable el sometimiento de franjas humanas enteras a la muerte por inanición, por física hambre, verdadera pena de muerte colectivas, de las cuales hablan los medios masivos de comunicación todos los días, como si se tratara de algo natural. Los datos del hambre en el mundo son escandalosos: 824 millones de habitantes sufren hambre y 54 millones de niños menores de 5 años están mal desarrollados en estatura y peso. La revista semana No. 1902 señala las causas de esta tragedia colectiva: “el 1% de los más ricos en el mundo tienen tanto patrimonio como el 99 por ciento restante, y 8 personas son dueñas de tanto como los 3400 millones de los menos ricos”. Por esto, los indignados de Wall Street levantaron su consigna: “¡¡¡Somos 99 contra 1…!!!.”
Si hoy viviera físicamente Uribe Uribe, los jefes políticos tradicionales lo estarían estigmatizando por ser portador de las ideas más avanzadas del momento, como lo fue en esa época, cuando sus propios colegas lo sindicaban por su presunto abandono de las ideas liberales, precisamente cuando en 1909 creó el Bloque liberal con militantes de todos los partidos. A ellos nuestro personaje, autor del ensayo Los Problemas Nacionales, les respondía:
“En ideas avanzadas habrá en este país quien me iguale, pero nadie que me sobrepuje. Los años, la reflexión, el estudio constante, los viajes y el trato con hombres eminentes, me han hecho y me hacen progresar cada día en el concepto de lo que debe ser la libertad humana, en todos los órdenes de su aplicación. Me gustaría provocar a mis sensores a certamen público para que tomando uno por uno todos los problemas políticos, económicos, sociológicos, etc., viéramos quien tenía soluciones más prontas, mejor estudiadas y más liberales, esto es, más respetuosas a un tiempo del derecho y de la libertad”.
ii) Uribe Uribe y la autonomía universitaria.– En materia de autonomía universitaria Uribe Uribe no se andaba con rodeos. Basta decir que fue el precursor del Manifiesto de Córdoba, pues sus tesis sobre la autonomía fueron proclamadas con mucha anterioridad a su muerte −ocurrida el 16 de octubre 1914 en las horas de la madrugada a causa de las heridas recibidas el día 15−, en tanto que el Manifiesto de Córdoba sobre cogobierno universitario vio la luz en 1918.
La autonomía postulada por Uribe Uribe consideraba que la universidad debe ser nacional, científica, experimental, moderna, activa, evolutiva, unificadora y abierta a todos los sectores sociales y con gobierno propio salido de los estamentos universitarios, esto es, completamente ajena a los intereses políticos partidistas. Y en cuanto a la independencia, presentó un proyecto de ley en el parlamento que dotaba a la Universidad Nacional de 300 mil hectáreas de tierra para que se autogobernara, sin depender de los favores de los políticos del día.
En las circunstancias actuales, la juventud que reclama universidad pública y gratuita, debe estudiar profusamente la vida y obra de Rafael Uribe Uribe. E impedir la invasión de los claustros por los enemigos de la autonomía y de la independencia de la Universidad.
iii) Uribe Uribe no hacía parte del partido liberal a la hora de su muerte. Es un descaro que los políticos profesionales, que él despreciaba, pretendan secuestrar cada 15 o 16 de octubre la figura del gran pedagogo social para confundir al pueblo que lo siguió de manera reflexiva dándole la espalda a los gamonales de la época. Es que no le perdonaron que hubiera renunciado reiteradamente a ser miembro del partido liberal. Esa renuncia la hizo antes de partir hacia Suramérica como diplomático, y la reiteró a su regreso. En su carta contra el liberalismo colombiano escrita desde New York en 1901, manifiesta lo siguiente sobre el partido liberal:
“Me sabrá infinitamente mejor un mendrugo de pan aquí, que una libra en Colombia, mande quien mandare, pero muy especialmente si es el partido liberal, hato de envidiosos, suspicaces, chismosos, maldicientes, y de todas las comunidades del mundo, la que conozco movida por pasiones más antisociales”. (Fernando Galvis Salazar, Autores antioqueños, volumen XII págs. 211 y 262).
Y al regresar de Suramérica, reiteró severo:
“En mi despedida hablé de la mala índole de nuestros partidos políticos y de lo inadecuados que son como vehículos para servir a la Patria. (…) me separo irrevocablemente de la ralea de los políticos, porque creo que de ella dimanan los infortunios que sobre Colombia han caído. La norma de mi conducta será en adelante ofrecerme al país, sin afiliarme a las facciones. Sectario nunca más. Patriota siempre”. Y concluye “ (…) donde quiera que en lo pasado haya dicho partido, quiero que en adelante se lea Patria”. (Idem, págs. 261 y262).
La falta de estudio de la historia ha permitido que los defraudadores de la democracia, traidores a la Patria y vividores del fisco, hayan secuestrado la figura y la obra de Uribe Uribe. Porque en cada página, en cada párrafo, en cada renglón y en cada frase que se lea del gran colombiano, se encontrará una bofetada a los apátridas que han oficiado como pajes de las políticas imperiales. Con razón nos escondieron su significación histórica en la Universidad donde dictó seis materias. Era que la U de A. también estaba prisionera del ideario de la regeneración conservadora y de la Carta de 1886. Por ventura, el Coronel Aureliano Buendía lo rescató por siempre del olvido.
iv) El estigma y la muerte.- No sólo porque había renunciado al partido liberal, sino porque se negó a fusionar el Bloque Liberal con el republicanismo, se volcó en su contra todo el odio de liberales y republicanos quienes lo señalaban como el culpable de los males del país. Y como además su apoyo a la candidatura de José Vicente Concha derrumbaba la del patricio Nicolás Esguerra, sus contrincantes consideraron que Uribe Uribe era el culpable de la división del partido cuya unidad no se restauraría sino con la desaparición del caudillo que odiaban los jefes pero que amaba todo el pueblo. Estas verdades fueron fotografiadas por Uribe Uribe en estas ideas demoledoras que identifican la condición de los partidos en el momento previo al desenlace fatal, que exacerbaron el resentimiento de liberales y republicanos en su contra:
“Cuatro gatos son y, sin embargo resisten contra la masa casi entera del partido. Son a él lo que es el nacionalismo al país; una minoría ínfima, pero que no suelta el mando.” (Citado por Ivonne Suárez Pinzón, Departamento de Antioquia, Secretaría de Educación y Cultura, Dirección de extensión cultural, Edinalco, 1990, pág. 136).
Por el barrio La Candelaria, en conferencias, periódicos y hojas volantes se difundían afirmaciones insidiosas en contra del gran Estadista:
“Uribe traidor. Uribe tránsfuga. Uribe vendido. Uribe clerical. Uribe conservador. Uribe apátrida. Uribe enemigo del pueblo. Uribe oportunista. Uribe traficante. Uribe defensor de los monopolios. Uribe autor de las guerras de 1895 y 1899. Uribe responsable de las pérdidas de la revolución. Uribe sostenedor de la dictadura de Rafael Reyes. Uribe divulgador de secretos de la Comisión de relaciones exteriores. Uribe socialista. Uribe demagogo. Uribe traidor a su partido y a su causa.”
Así, de manera repetida, de día y de noche, en todos los sitios, en la iglesia y en la calle, en los corrillos y en los bares, en todas partes, incansablemente… se señalaba a Uribe Uribe como responsable de todos los males, precisamente por quienes los habían causado. Hasta cuando los “…enemigos gratuitos, envidiosos de su fama y de su porvenir…” temerosos de perder el poder y el manejo del fisco, haciendo la pedagogía del odio, al fin lograron encontrar quien lo asesinara.
De esta escuela de perversión surgió este aprendizaje que hoy es verdaderamente efectivo: Unos señalan y estigmatizan: “Comunista”, “terrorista”, “guerrillero”…, y otros, sin conexión aparente, accionan el gatillo y sueltan el tiro de gracia. Así, en el transcurso del tiempo se refinó un personaje letal de la lucha de clases de los poderosos contra sus víctimas, el arma política de la cobardía por excelencia: La figura del sicario. Sucre, Uribe Uribe y Gaitán fueron los primeros. Los demás son incontables…Y como el Frente Nacional diseñó una justicia a su medida, el 99% de los crímenes quedan impunes. Nunca se sabrá quién accionó el gatillo, porque ya es una cultura. La cultura de la muerte de los opositores sin que haya peligro de castigo para los criminales.