25 – Georges Rene Weinstein

14 de mayo: un día…

No consiste en conmemoración, celebración, o algún  reconocimiento; porque estos sentimientos deberían ser acciones cotidianas para agradecer, ¡Por ser ella!: … Nammu, Isis, Eva, Tiamat, Ishtar, Astarte, Nüwa, Gea, Rea, Áditi, Venus, Afrodita, María, Njörðr (Nerthus), Pachamama, o simplemente ¡Mama…!

En Colombia, se designa un día -generalizado- para recordarla a ELLA, a ellas: ¡a las que han sido…!

Por tantas razones —que obligan—, les dedico este poema, ¡que podría ser apropiado…!

 

Las 6 de la mañana

Su cansancio no es de ahora,
su vida es una entrega.  
Ella lo sabe, los demás lo saben.
La casa reconoce sus pasos.

¿Fue una condición buscada,
un acto anhelado y voluntario?
¿Para ello se había preparado?
¿Lo llevaba anotado
en el borrador de sus proyectos?

¿Aún no era el momento,
tal vez un acertijo,
una casualidad entre muchas,
una debilidad no contenida,
consecuencia de callar,
de no atreverse a decir ¡no!?

¿Si fue forzada luchó,
hubo lágrimas, gritos, terror…
en el borde de una noche? 
¿Luego: confusión, desasosiego,
ideas y propósitos contrarios?

Cualquiera haya sido el proceder
la decisión quedó tomada.
¿Fue correcta?, ¡no lo sabe!
y nada podría hacer ahora.

Las labores no dan espera:
el polvo cae sin permiso,
el mugre se adhiere
a los días y a los muebles,
la ropa ya está sucia
y no hay reemplazos,
falta una media, otra…,
un botón de la camisa nueva
se ha extraviado y era único,
como los otros cinco, redondo;
la lavadora tiene un ruido extraño,
a los closets les falta espacio, u orden.
Todos aguardan una solución
a la medida de ella, la que conoce todo,
la que organiza, la que resuelve,
¡la que sabe cómo son las cosas!

Es temprano, amanece,
siente un ruido leve o brusco,
o varios, no está segura,
se revuelve en la almohada,
se confunde, voltea la cabeza,
entreabre los ojos…

Apenas ha dormido unas horas.

Todavía siente fatiga
y quisiera continuar…,
tener un momento propio.
Las circunstancias no lo permiten:
uno o varios infantes
desde la puerta la llaman…

¡Se levanta…!

¡Mira…!

¡La jornada no tiene horizontes!