24 – Andrés Calle Noreña

Jesús María Dapena desde España nos envió este artículo con la siguiente nota: Ahí les mando este bello texto de mi querido amigo, Andrés Calle Noreña, un hombre comprometido con el proceso de paz, con el SÍ. Ayer leí del papa Francisco I un artículo donde dice que los comunistas están más cerca del cristianismo que el neoliberalismo salvaje.

 

Bienaventurados

Bienaventurados los que lloraron a los desaparecidos y torturados, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que lloraron a los  secuestrados, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que lloraron a los menores reclutados por los ejércitos, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que lloraron las violaciones y los ultrajes, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que fueron despojados sus tierras y fueron desplazados, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que fueron separados de sus seres queridos por la guerra y la violencia, ¡porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que enterraron a los NN que sacaba el río Magdalena, en Puerto Berrío y les pusieron nombres y rezaron por ellos, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron al Padre Álvaro Ulcué Chocué (1984), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron al Magistrado Carlos Horacio Urán, a la Siempreviva, y tantos otros, en el Palacio de Justicia (1985), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron a Omaira y a los de Armero y de tantos desastres naturales. !porque de ellos será la paz!

Bienaventurados los que lloraron en Segovia y Remedios, Antioquia (1988), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron al jesuita Sergio Restrepo, en Tierralta, Córdoba (1989),    ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron a Monseñor Jesús Emilio Jaramillo Monsalve (1989), en Arauca, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en el Nudo de Paramillo, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en la Chinita (1994), porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en La Granja (1996), Ituango, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron a Jesús María Valle Jaramillo (1998), en Ituango, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en Yarumal y Campamento, ¡porque de ellos será la Paz! Bienaventurados los que lloraron a Mario Calderón y Elsa Alvarado (1997), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en El Aro (1997), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en Machuca (1998), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron a Monseñor Isaías Duarte Cancino (2002), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en el Catatumbo, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en los Montes de María, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en San Carlos, Antioquia, ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en El Salado (2000), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en Bojayá (2002), ¡porque de ellos será la Paz!

Bienaventurados los que lloraron en San José de Apartadó (2005), ¡porque de ellos será la Paz!

Que pasados los años miremos atrás con nostalgia y digamos:

Gracias a todos, estuvo bien hecho, le pusieron el corazón, se entregaron por la Paz.

Bienaventurados los que hacen la paz, porque restaurarán la vida, sanarán las heridas, sembrarán árboles, cuidarán el agua y el suelo,  cosecharán, trabajarán, participarán en los debates de política, viajarán, leerán y escribirán,  recordarán y olvidarán, perdonarán, darán gracias, se morirán de muerte natural rodeados de los suyos, harán rituales y fiestas y celebrarán con alegría. 

13 de noviembre de 2016