22 – Manuel Muñoz

Juan José Hoyos | Reinaldo Spitaletta | Luis Delgado | Manuel Muñoz Uribe
Jesús María Dapena | Adonaís Jaramillo | José Luis Garcés González.

El primero de abril de este año murió Jorge Alberto Restrepo Morales. Fue un gran colaborador de Gotas de tinta desde su nacimiento y un amigo inolvidable. En las honras fúnebres fue leída la siguiente carta de su amigo de toda la vida:

Medellín, 2 de abril de 2016

Carta de adiós a mi mejor amigo

Jorge:

¡Pensé decirte nada más unas palabras de despedida, pero no puedo! ¡No me deja este nudo que desde ayer se incrustó en mi  garganta! No puedo liberarme de este gatillo que me aprisiona el aliento desde ayer a las 3:45 de la tarde cuando recibí la llamada de María Jaramillo avisándome tu partida. Por eso opté por escribirlas para que las lea “Marianita”, como le decías al saludarla.

–¡Hola marianita!

Y ella te respondía:

–¡Hola Jorgito!

Y se daban un abrazo.

Detengámonos un momento y recordemos tu última visita a nuestra casa.

Eran los días postreros de enero de este año cuando nos dimos cita para celebrar con la presencia del Maestro Cárdenas Hernández la inauguración de siete (7) de sus 32 cuadros que ilustran sendas estrofas del largo poema Acuarimántima, la ciudad ideal de Porfirio Barba Jacob. Allí estuvimos presentes el amado profesor del  Liceo Antioqueño y cuatro de sus discípulos: Jairo Trujillo Mejía, Jaime Betancur (y esposa), Manuel  Antonio Muñoz Uribe, y estabas tú con tu esposa Elsy Chaux (tu adorada “Pecosa“). Hay registro fotográfico donde aparecemos todos: Los cuatro liceístas, y Estela de Betancur, conjuntamente con Alba Luz, Camilo en compañía de nuestros nietos Mateo y Camila, Mariana y Santiago en compañía de Rosalba Castaño y Marisol Mesa. En el centro, rodeado por todos, está el  maestro de la pintura mural y del retrato, el yarumaleñoJorge Cárdenas Hernández.

Jorge_Restrepo-amigos

Esa fotografía da cuenta de una reunión inolvidable. Anécdotas liceístas, historias contadas por el pintor, lectura de las estrofas ilustradas por él, canciones de Jaime ayudado por su esposa Estela, arte, caricatura, comida, vino… ¡y poesía!

Tú fuiste una de las personas más destacadas de la reunión por tu humor, tu alegría, tus chistes. Eras un contertulio extraordinario. Y el que más memorias tenía del Liceo. Y todos te poníamos atención porque la merecías: Desprevenido, culto, locuaz. El amigo de siempre, más transparente y leal que se ha conocido en nuestra familia. ¡Vino Jorge Restrepo! Gritaba alguien y la casa se paralizaba.

Para no hacer larga esta carta, que de seguro va a ser leída otras veces,  ganemos en profundidad y sentimiento lo que hemos de perder en extensión. Tu personalidad está ilustrada en esta estrofa que se refiere a uno de los cuadros inaugurados esa noche que se ha tatuado en nuestras almas, y que en tal ocasión se leyó con especial cuidado como si se presintiera que sus musicales acordes tuvieran un destinatario específico de la singular reunión. Mirémosla:

“Yo descendí de la antioqueña cumbre,
el alma en paz y el corazón en lumbre,
de austera estirpe que el honor decora,
y el claro sortilegio de la aurora
bruñó mi lira y la libró de herrumbre.”

Allí está el retrato literario de Jorge. Siempre saludabas con el corazón. Austero, palabra que con frecuencia utilizabas, denota llaneza, sin arrebatos arribistas. A pesar de ser un sabio, nunca tuviste un gesto de desprecio para los demás, rico o pobre, negro o blanco, indio o negro. Tus relaciones sociales  estuvieron tatuadas por la valoración del otro, adjudicándole el crédito a la palabra o la obra, así fuera una persona sencilla. Y estabas inmerso en la vida, como en un sortilegio, siempre actuabas como si empezaras a nacer todos los días, con la frescura de un recién nacido.

Recibe, pues, este mensaje de uno de tus amigos que se enorgullece de haberlo sido, sin pausa y durante más de 53 años.

Ahora un mensaje para  Elsy y para tus hijas Natalia y Carolina y tu nieta Sofía sobre lo que dejaste pendiente conmigo.

Fuiste uno de los más entusiastas integrantes de la Asociación de Abogados Laboralistas de Trabajadores y de la Corporación Cultural Rafael Uribe Uribe, que conjuntamente con la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas, ALAL, celebraron el acto de condolencia y solidaridad con  la familia del Dr. Carlos Gaviria Díaz, en el Club Campestre, año 2015. De allí salió la idea de publicar un libro sobre el pensamiento de nuestro profesor y maestro, dado que  en ninguna otra ocasión como en la presente, y como decía el Libertador: “Tengo en más a un soldado de la Ley que al conquistador del universo”, porque “La guerra se alimenta del despotismo y no se hace por el amor de Dios.”

La publicación está en marcha. Ya hay un borrador para la edición digital preparado por la comisión de la cual hacías parte. Cuando se termine llevará esta dedicatoria:

“A la memoria del Maestro Carlos Gaviria Díaz, y  a la   memoria de uno de sus más sobresalientes alumnos, el profesor Jorge Alberto Restrepo Morales”.

Finalmente, te leo este poema que tanto repasamos en nuestros tiempos de liceístas cuando empezamos a descubrir la literatura y particularmente la poesía lírica del mismo Barba Jacob. Y lo hago como mensaje, porque de alguna manera también he muerto:

Soberbia

Le pedí un sublime canto que endulzara
mi rudo, monótono y áspero vivir.
Él me dio una alondra de rima encantada…
¡Yo quería mil!
Le pedí un ejemplo del ritmo seguro
con que yo pudiera gobernar mi afán.
Me dio un arroyuelo, murmurio nocturno…
¡Yo quería un mar!
Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto,
para que a mis sueños prestase calor.
Me dio una luciérnaga de menguado brillo…
¡Yo quería un sol!
Qué vana es la vida, qué inútil mi impulso,
y el verdor edénico, y el azul Abril…
¡Oh sórdido guía del viaje nocturno:
¡Yo quiero morir!

Jorge_Restrepo-liceistas
De derecha a izquierda: Jorge Restrepo, Jorge Cárdenas, Manuel Muñoz, Jaime Betancur y Jairo Trujillo: profesor y alumnos del Liceo Antioqueño

Un abrazo a tu familia lleno de la misma amistad que nos brindaste a mí y a mi familia: esto es, sin condiciones.

Seguiremos cultivando esa amistad, y, mientras viva, seguiré cultivando mi tristeza.

Tu amigo incondicional,

Manuel Antonio Muñoz Uribe

 Nota del autor: No es yarumaleño sino santarosano. Las emociones del momento al escribir la carta, me hicieron cometer este error.