20 – Esclavos y señores

Esclavos y señores | La población indígena | Mestizaje y diferenciación social

Jaime Jaramillo Uribe

Esclavos y señores en la sociedad colombiana del siglo XVIII

1. La población negra en el siglo XVIII.

La introducción de esclavos negros comenzó en la Nueva Granada desde los primeros años de la conquista. En las capitulaciones firmadas por la Corona con Pedro Fernández de Lugo, se le autoriza para introducir negros esclavos en la provincia de Santa Marta. “[ … ] Otrosí: que le daremos autorización como por la presente le damos, para que de nuestros reinos y del reino de Portugal e Islas de Cabo Verde, él o quien su poder tuviere pueda pasar y pase a dichas provincias de Santa Marta asiento de esclavos negros en que a lo menos el tercio de hembras, libres de todos derechos a nos pertenecientes. [ … ]”. Castellanos dice que Pedro de Heredia llevaba negros a la expedición del “Cenú” y que a Vadillo y sus compañeros, en la conquista de Antioquia (1537):

“Valioles mucha gente de Guinea
Que para los trabajos eran buenos,
Pues en rigores tan intolerables
Eran ellos los más infatigables.”

Cieza de León relata que numerosos negros acompañaron a Robledo en sus expediciones por el territorio antioqueño. Hablando de las montañas de Abibe, en camino hacia la ciudad de Antioquia, que el cronista recorrió con Vadillo, dice que “[… ]  muchos negros murieron y otros huyeron [ … ].” “En otro río vi yo a un negro del capitán Jorge Robledo, de una bateada sacar dos granos de oro oscurecidos. I…]”. “[…] De este pueblo que estaba asentado en este cerro, que llaman de Buriticá, nace un pequeño río, hace mucha llanada, casi a manera de Valle, donde está asentada la villa de minas que da por nombre Santa Fe, que pobló el mismo capitán Jorge Robledo, y es sufragana de la ciudad de Antioquia. [ … ] Las minas se han hallado muy ricas, junto a este pueblo, en el río grande de Santa Marta, que pasa junto a él. Cuando es verano sacan los indios y negros en las playas harta riqueza y por tiempos sacarán mayor cantidad, porque habrá más negros […]”. Más adelante, agrega: “Estando yo en esta ciudad de Cartago el año pasado de 1567 años, se sacaron en tres meses más de quince mil pesos, y el que más cuadrilla tenía era de tres o cuatro negros y algunos indios […]”. También Fray Pedro Simón, en sus Noticias Historiales, da testimonio de la abundante población negra que había en el Nuevo Reino desde comienzos del siglo XVI. Hablando de la extinción de los indios en la región de Zaragoza (Antioquia), dice: “[…] porque toda la labor de minas desta ciudad ha sido con negros esclavos que luego fueron metiendo allí […]”. Y al referirse a la fundación de Nueva Sevilla en la gobernación de Santa Marta, relata que llegaron allí, atraídos por la fama de su riqueza “[…] más de quinientos negros venidos de Zaragoza y Río Hacha y en Santa Marta no quedó negra cocinera ni lavandera que no fuese a gozar de su cosecha […].” En EI Carnero, Rodríguez Freile cuenta que a mediados del siglo XVI había numerosos esclavos negros en la servidumbre de varios españoles de Santa Fe. Según su testimonio, tenían negros a su servicio el Arzobispo Fray Luis Zapata de Cárdenas. el contador Jerónimo de Tuesta, el tesorero Gabriel de Limpias y el factor Rodrigo Pardo.

A mediados del siglo XVI la población negra de Cartagena era ya numerosa. En 1552 el Cabildo de la ciudad dictaba una ordenanza para que los negros no anden de noche, después del toque de queda: “En el dicho día de agosto 8 de 52, se mandó por el cabildo, justicia y regimiento: que por cuanto en esta ciudad había muchos negros, los cuales andan de noche después de tañida la queda, y a horas no lícitas, y hacen muchos hurtos y robos, y de ello pueden redundar daños e inconvenientes, para ella es justo poner remedio; por lo tanto se manda que después de tañida la queda ningún negro puede andar por esta ciudad, si no fuere yendo a una casa que convenga, con un cristiano que lo lleve”. Para la infracción se establece que el negro esclavo recibirá 50 azotes de pena y el dueño un peso de multa.

Pero la introducción de esclavos en escala considerable sólo se inició en el siglo XVII, al comenzar la explotación intensa de minas y haciendas, y cuando la población indígena había disminuido notablemente y era objeto de una legislación protectora que hacía difícil el empleo de su mano de obra en el trabajo minero. En el año de 1592, el licenciado Francisco de Anuncibay, se dirigía al Consejo del Rey pidiendo la introducción de 2.000 negros esclavos para el trabajo en las minas del Cauca y anotaba que la gobernación “[…] era muy rica en oro si hubiese brazos que la manejasen. Pero los indios se acaban cada vez más, de manera que en doce o cien lenguas no hay doce o catorce mil indios y éstos están en Popayán, Cali y Pasto, y tiene Pasto los ocho mil por gozar de tierra fría, de manera que Cartago, Arma, Anserma, Caramanta, Buga, Agreda y Madrigal, son muy faltos de indios y se va la tierra a acabar a más andar porque ya se trata de despoblar a Madrigal y no tiene seis moradores y muy breve hará lo mismo a Agreda y Buga, porque ya en lo de Timaná y La Plata se han despoblado otras dos colonias […]”.

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