18 – Javier Gómez Álvarez

In memoriam

Samuel VásquezJavier Gómez Álvarez Renaud Baillet

javiergomez

Javier Gómez Álvarez

Fallecido en Amalfi, 2015 – 02 – 04

Economista de la Universidad de Cartagena. Con especialización en mercadeo en la Universidad de Los Andes de Bogotá. Trabajó durante veinte  y cinco años en el sector editorial, como directivo de Editorial Norma en Centroamérica y en Colombia. Durante tres años fue Secretario de educación de Amalfi, su pueblo natal. Se desempeñó como catedrático en la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, en un diplomado  en el área de recursos humanos y calidad. Experto en negociación y resolución de conflictos según la metodología de la Universidad de Harvard. Autor, editor y coordinador general de la cátedra municipal de Amalfi y del plan decenal de educación del mismo municipio. Laboró como docente en el área de sociales. Fue consejero del Consejo departamental de cultura de Antioquia.  Escribió ensayos, crónicas cortas y poemas en algunos libros, revistas y periódicos locales y de Guatemala. Actualmente se desempeñaba como Director Ejecutivo de la Fundación Prodesarrollo, una ONG de proyección social. Preparaba una publicación impresa  donde  iba a reunir  su producción literaria y periodística.

De parte del equipo editorial de Gotas de tinta, deseamos expresar nuestro sentimiento por la partida de Javier, el amigo, el colaborador de la revista.

En la revista No 11 habíamos publicado algunos de sus poemas. Como un homenaje repetimos uno, tal vez premonitorio, y presentamos otros poemas de su obra inédita.

Manual sobre nuestro carnaval

El Carnaval de Barranquilla estrena este año su título de Patrimonio oral e intangible de la humanidad, otorgado por la Unesco. Esto le genera un gran compromiso con la comunidad internacional, ya que se convierte en uno de los eventos más importantes de América Latina. Con la idea de afianzar este reto, se realizó el libro Carnaval de Barranquilla, patrimonio oral e intangible de la humanidad, una publicación ilustrada que, a manera de crónica, explica el origen y las expresiones artísticas de una de las festividades más pintorescas y antiguas de nuestro país.

La edición de cuatro capítulos, distribuidos en 159 páginas, es el resultado de un trabajo en equipo, liderado por el editor Javier Gómez Álvarez, quien empezó el ambicioso proyecto en los carnavales del 2003, con la colaboración de la fotógrafa bogotana Beatriz Múnera. En aquel entonces, conoció a Mariano Candela, historiador y musicólogo que hizo parte del grupo de investigación que recopiló la información presentada ante la Unesco. Él fue el encargado de complementar el colorido y autenticidad de las fotografías con un texto detallado que explica, en un lenguaje sencillo, pero preciso, todo lo que rodea la máxima expresión de la fiesta de la cultura caribeña en Colombia.

La primera parte es una reseña actualizada de la historia del evento, que tiene su origen en la Independencia y lo que significa hoy en día para la sociedad barranquillera. Los demás apartes explican y les dan contexto a las diferentes manifestaciones del festival, desde las danzas del paloteo, los congos y las cumbiambas, hasta el origen del Momo y el nacimiento de Joselito Carnaval.

Ernesto McCausland, periodista y director de la película El Ultimo Carnaval, autor del prólogo, enfatiza la importancia del evento a nivel transnacional. Los japoneses, en los últimos años, le han estado dando la vuelta al mundo para ser parte de las comparsas. Allá en Japón, aprenden a bailar a través de videos o de instructores que atraviesan el mundo desde Barranquilla para ir a enseñar cumbia, mapalé, pajarito, bullerengue y todos los bailes autóctonos del Caribe colombiano, comenta McCausland. El libro es una mirada retrospectiva que tiene como escenario a Barranquilla, pero cuyo principal protagonista es Colombia.

Informes sobre el libro con Javier Gómez Álvarez, Amalfi Editores, teléfono 2568283.

Publicación eltiempo.com

Fecha de publicación; 31 de enero de 2004

Mis poemas andan sueltos

Mis poemas andan sueltos…
Los escribo con pequeñas alegrías
y con tristezas muy grandes.
Están hechos de lo mismo
que están hechas nuestras vidas.
Cultivarlos es mi oficio verdadero.
Los compongo, les agrego,
les quito palabras;
los borro, los dejo bien pulidos
y después de tanto trabajo
los regalo…

Son mis hijos pero nunca
me han dado de comer.

Aunque yo vaya muriendo
mis poemas están vivos
…y eso es todo lo que quiero.

Luna morbosa

La luna es una mujer
que anda desnuda por el cielo
provocando a los poetas
y lunáticos
mostrándoles sus partes
el busto
medio torso
el vientre
media nalga
la uña del dedo gordo
pero nunca su lado más famoso
el monte oscuro
nunca
el cráter donde todos sus amantes
alunizan
aunque fuera en las tinieblas
más espesas.

Remolino

Si aún estoy vivo
es únicamente por la lluvia;
por sus voces apretadas;
por el trigo sacudido
a manotazos
sobre mí,
sobre mi frente.

Vivo en las noticias húmedas
que esparce el viento.

Vivo allí
donde hace un quiebro el agua,
donde me empuja la corriente
y tengo un remolino
en la mirada.

Que sé yo…

Estar invadido
por la maleza,
por la tristeza,
por la soledad
y tener ganas de llorar
hastalas últimas palabras,
crecer en la sombra,
en la humedad,
y no querer
decirle adiós a nadie.

A nadie recordar:
Los que ya se fueron
apenas eran nubes
en qué sé yo qué cielos.

Una canción de despedida

A esta hora siempre hay
lunas trasnochadas en algún
cielo remoto.
En alguna parte del planeta
hay siempre un mar
que mira hacia los astros
sin que lo mire nadie
ni le diga siquiera
un breve adiós,
una palabra congelada.

La luna pasa volando –digo–
con velocidad de lámpara.
En la niebla,
velocidad de faro a la deriva.
Pasa velando y
cientos de ojos
le hacen guiños
de pájaro nocturno. 

Con todos mis órganos

Mis compañeros y amigos
de rostros cetrinos
y de mirada lánguida
piensan (y dicen)
que yo actúo con el hígado,
que soy muy impulsivo.

Yo  los disculpo.
Que le puedo hacer,
fui hecho animal,
tengo la bilis alborotada,
un corazón muy sensible
que palpita al ritmo de la indignación,
el amor o el miedo.

No lo puedo remedir,
soy humano
Y pienso y actuó
con todos mis órganos.

Quizás mis amigos
sean más racionales que yo
y puedan enfrentar la dura realidad
que trascienda la vida
sin corazón,
sin hígado,
sin manos
y  sin voz.